Bien, el hecho es que vivo en un Colegio Mayor (este), digamos que como senior. Ayer teníamos (es tradición que cerca del 19 de marzo) el acto de imposición de becas a los residentes. La noticia, aquí.
Normalmente hay una conferencia. Por suerte, está empezando a trascender entre el común de los mortales una gran verdad: que las conferencias son en el 99 por ciento de los casos una pesadilla. Hace un año tuvimos en su lugar un concierto de guitarra: ¡mucho mejor, dónde va a parar! y este un coro, el Collegium Compostelanum.
El repertorio de ayer: canciones de películas (de My fair lady, Los chicos del coro, Desayuno con diamantes (¡Moonriver!), West side story. De propina, una canción de Schubert (¡con lo que me gustan los lieder de Schubert!). Yo contento: disfruto mucho con canciones como esas.
Y cuando les oía cantar Moonriver, o Hymne à la nuit, habría dado un brazo por estar metido allí, en medio del coro. Hasta le daba vueltas a la idea, que normalmente me deja frío, del cielo como ese lugar donde cantaremos eternamente la gloria de Dios. Si va a ser que yo pueda cantar sin desafinar ni una nota y el tema del canto va a ser ese, y pueda oír y oírme dentro de un canto común, y el espectador va a ser Ese, pues qué bien, que alegría tiene que sentir uno. Y si no te cansas, qué mejor que estar cantando eternamente.
Y mientras miserable-mente se están los otros abrasandocon sed insacïabledel peligroso mando,tendido yo a la hierba esté cantando.A la sombra tendido,de yedra y lauro eterno coronado,puesto el atento oydoal son dulce, acordado,del plectro sabiamente meneado.
Las conferencias no tienen por qué ser un rollo: por ejemplo: Rafael Pérez Sierra (que fue director de la CNTC); Denis Rafter (Director escénico hispano-irlandés) Víctor García Ruiz habñlando sobre el Cardenal Newmnan (universidad de Navarra), Eduardo Segura hablando sobre Tolkien; Felipe Pedraza y J.M. Díez Borque hablando sobre literatura del siglo de oro... Aunque yo prefiero los recitales poéticos, dors, cabanillas...
ResponderEliminarGran entrada: música pura.
ResponderEliminarGozo del privilegio de cantar en un coro amateur y muchas veces he hecho la misma reflexión. Si mi coro suena como suena, cómo sonará el coro de los ángeles y los santos. Esa sería una magnífica forma de vivir la eternidad, cantándole a Él, mirándole a Él. Que su misericordia infinita nos brinde un lugar "aunque sea" entre el público. Prometo aplaudir. JMN
ResponderEliminarEstimado compañero,
ResponderEliminarhace unos meses te transmití una serie de impresiones acerca de tus comentarios de nuestro concierto de las Vísperas de la Beata Virgen de Monteverdi. Mea culpa el no haberte avisado, pues, de que este viernes pasado interpretamos Un Requiem Alemán, de Johannes Brahms, en su versión de Londres para dos pianos, soprano, barítono y coro, en la Iglesia del Convento de San Pelayo. Creo que te hubiera gustado, no solo por nosotros, sino por la conjunción de música, arquitectura, y el sentimiento de Brahms, que a pesar de estar en alemán, se comprendía perfectamente.
En otro orden de cosas, me gustaría preguntarle a Rocío Arana cuándo vino Eduardo Segura a hablar de Tolkien, o si va a venir...Con tanta música se me pasan esas cosas, es imposible enterarse de todo, y ya que estoy haciendo mi tesis de Tolkien, me interesa el tema un poquillo...
Saludos
Estupenda entrada. Y respecto al cielo y la música, acuérdate de la Ainulindalë en el Simarillion.
ResponderEliminar¿Qué lied era?
Por cierto, van a interpretar el Requiem Alemán de Brahms este jueves próximo en el auditorio, versión de la Real Filharmonía y el Orfeón Pamplonés. Seguro que merece la pena verlo. Yo, desde luego, iré, porque me causa una gran curiosidad escuchar esta obra con orquesta. Solo una cita, que no se si será suficiente para expresar lo que esta obra significa:
ResponderEliminarHerr, lehre doch mich, daB ein Ende mir mit haben muB,
und mein Leben ein Ziel hat, und ich davon muB.
Siehem meine Tage sind einer Hand breit vor dir,
Und mein Leben ist wie nichts vor dir.
(Señor, enséñame que he de tener un final, que mi vida tiene una meta y que tengo que marchar. Mira, mis días son del tamaño de un palmo en comparación contigo, y mi vida no es nada delante de tí).
De todos modos, y sin ser nada especial, os comunico que estaremos cantando en las festividades de la semana santa en la catedral: el domingo de ramos, el martes en la misa crismal, Jueves santo, Viernos santo, la vigilia pascual, y domingo de resurrección. Por si os interesa.
Un saludo.
Pd.- La Ainulindalë es de lo más precioso del Silmarillion, una metáfora musical de la Creación (otro oratorio increíble del maestro Haydn); y en un segundo lugar dentro del mismo libro, la Akallabêth, la caída de Númenor, la Atlántida revisitada.