Sobre el estar en tierra extraña:
En Andanzas y visiones españolas cita Unamuno de un libro, la Historia de la orden de san Jerónimo, del padre Sigüenza, un pasaje (aquí el capítulo entero en pdf) sobre la muerte de fray Bernardino de Aguilar, que murió tañendo el manicordio y cantando el salmo Super flumina Babilonis [Junto a los ríos de Babilonia: salmo aquí, con comentario de Benedicto XVI]:
No parecía voz humana, porque penetrava las entrañas con el sentimiento que dava la letra; llegó assi con sus versos hasta el que dize: Quomodo cantavimus canticum Domini in terra aliena. Dixolo una vez, tornolo a repetir la segunda, y a la tercera alçó los ojos al cielo, y dando un suspiro de lo profundo del pecho, puestas las manos en la tecla, pasó de esta vida a la eterna, porque cantasse el cantar del Señor en la tierra de los vivientes.
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