jueves, 6 de julio de 2006

Ratzinger sobre el arte (II)

Crisis actual del arte sacro. Crisis del arte. Crisis de la existencia humana: ceguera del espíritu.
El positivismo ha reducido el mundo a lo demostrable: "convierte el mundo en opaco".
Nuestro mundo de imágenes no va más allá de la experiencia sensible y el caudal de imágenes que nos circunda significa, al mismo tiempo, el fin de las ímágenes: lo que no puede fotografiarse es que no puede verse. Llegados a este punto, se hace imposible no solamente el arte de los iconos, sino el arte sacro, que se basa en una mirada mucho más amplia. El arte mismo, que había experimentado en el impresionismo y en el expresionismo las posibilidades más extremas de captar lo sensible, se convierte en un arte sin objeto, en el sentido estricto de la palabra. El arte se convierte en experimentación con los mundos que uno mismo ha creado, en una "creatividad" vacía que ya no percibe el Creator Spiritus, el Espíritu Creador. Intenta ocupar su lugar, cuando realmente lo único que puede producir es lo arbitrario y lo vacío, y recordarle al hombre lo absurdo de su pretendida creatividad.
De El Espíritu de la liturgia, p. 153. Negritas mías.

3 comentarios:

  1. A la caverna otra vez.
    Es probable que por ser mayor de 65 el Sumo Pontífice entre gratis por semana en los museos de arte contemporáneo para ver tanto pecado, decadencia y relativismo, sino no se explica.

    ¿de veras usted defiende ese texto digno del siglo XVIII?Siguiendo su blog (con gran interés)me cuesta entenderlo.

    ResponderEliminar
  2. Bueno, Andrés, no me trates de usted que me salen más canas (aún).
    Creo que el texto no merece una crítica tan dura: a mí me pareció interesante porque refleja bien (creo) el problema de falta de referencia al objeto del arte contemporáneo, también del religioso, aunque en ambos casos se podría matizar más.
    Con ese texto no se banaliza el arte contemporáneo, sino que se ve con una nueva luz su problemática: eso es al menos lo que me parece a mí.

    ResponderEliminar
  3. Por desgracia, el pecado, la decadencia y el relativismo no están en los museos, sino fuera de ellos. A mí el texto me parece muy acertado: el arte tiene que expresar la realidad, en especial aquellas facetas que a primera vista (fotografía) no se aprecian. Y la realidad, en última instancia es buena y es positiva. Por eso el arte contribuye a la mejora del espectador. Lo que ahora se llama "arte" no suele ser sino apología de la fealdad y del pesimismo.
    Por cierto, Andrés, si no te molestan las preguntas:
    1. ¿Por qué del XVIII epecíficamente? Fue el siglo de los así llamados "filósofos" y de la Ilustración, y es una de las causas de la situación actual (a Zapatero le chifla). Ya puestos, sería más adecuado referirse al siglo XIII.
    2. ¿Por qué la cronolatría? ¿por qué es malo que algo sea de una época anterior? ¿sólo lo último es lo bueno? ¿es mejor un violín de producción en serie (actual) que un Stradivarius (XVIII)?

    ResponderEliminar