jueves, 16 de marzo de 2006

Paul Elie

Había visto buenas críticas en la blogosfera católica yanqui y lo leí:
Paul Elie, The Life You Save May Be Your Own. An American Pilgrimage: Flannery O'Connor, Thomas Merton, Walker Percy, Dorothy Day, Farrar, Strauss & Giroux, New York, 2003 (me costó en total 12 euros, la edición en rústica, en Amazon Alemania).
Es una biografía periodística sobre cuatro escritores católicos de Estados Unidos y al final sobre el propio catolicismo yanqui.
Sobre Flannery me he enterado de algunos datos biográficos más, pero tengo muchos desacuerdos con la interpretación de Elie de algunos cuentos y de la visión que da sobre el problema racial en el sur. Ya se ve que no es fácil estar al nivel de Ralph C. Wood, pero no pierdo la esperanza de encontrar estudios valiosos sobre Flannery.
Thomas Merton, converso, acabó siendo trapense. La segunda parte de su vida es un desastre (desde mi punto de vista): coqueteos con el budismo, historias personales muy poco ejemplares. Durante años tuve a mano su Montaña de los siete círculos (la historia de su conversión) y no la leí. Ahora me apetece poco.
Walker Percy: se le suele citar al lado de Flannery. Tampoco me convence mucho, aunque lo que se cuenta de sus novelas es interesante.
Dorothy Day: de joven abortó; se convirtió y fundó un movimiento de trabajadores católicos. Ahora parece que está en marcha su proceso de beatificación. Igual que Flannery, destaca por la importancia que le da a la oración, también la vocal (el rosario, por ejemplo), dentro de una vida dedicada a defender los derechos de los trabajadores. Sólo me aleja de ella su pacifismo radical, sin excepciones, incluso en la segunda Guerra Mundial. Es una figura muy interesante.

3 comentarios:

  1. Gracias. Si no me he ahorrado el dinero del libro (ya lo tenía), sí que me has ahorrado el tiempo de leerlo.

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  2. Merton nunca fue catrujo, siempre fue trapense -fuera de lo "contemplativo" poco tienen en común-.
    Y además yo lo quiero (a Merton, a vos no)su últimos tiempos fueron humanos y honestos, no una vida de "santo kitsch"

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  3. Corregido, lo de trapense. Tampoco creo que haya que quemarse así.

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