El sagrado arte

Está claro que el arte actual sirve para algunos de sustitutivo de la religión: basta pasarse los domingos por el CGAC y ver a familias con niños pequeños por allí.
Todos caemos en eso; yo el otro día, a propósito de la exposición de Suso Fandiño, mostraba mi perplejidad por la falta de sentido que le encontraba. Luego resultó, según explicaba Periféricos, que las cajas vacías con el rótulo "Esta caja no contiene obra artística de ninguna clase", apiladas formando un gran cubo, están allí para que los espectadores las golpeen o se las lleven; jamás se me pasó por la cabeza semejante sacrilegio, pero así era (a la espera de más análisis sobre el tema por parte de Periféricos).