viernes, 30 de diciembre de 2005

Premios 2005 (y IV)

Mejores libros 2005
Flannery O'Connor, Cuentos completos, Barcelona, Lumen, 2005
José Jiménez Lozano, Elogios y celebraciones. Antología desordenada, Madrid, Pre-textos, 2005
Mircea Eliade, Diario portugués, 1941-1945, Barcelona, Paidós, 2001
Ralph C. Wood, Flannery O'Connor and the Christ-haunted South, Grand Rapids, Eerdmans, 2004
Joseph Ratzinger, Mi vida. Recuerdos (1927-1977), Madrid, Encuentro, 1997
Tobías Wolff, Vieja escuela, Madrid, Alfaguara, 2005
Andrés Trapiello, El jardín de la pólvora, Valencia, Pre-textos, 2005
Elizabeth Gaskell, Norte y sur, Alba, Barcelona, 2005
Ignacio Martínez de Pisón, Enterrar a los muertos, Barcelona, Seix Barral, 2005
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Mejores películas 2005
Million Dollar Baby, de Clint Eastwood (2004)
El cochecito, de Marco Ferreri (1960)
Los jueves, milagro, de Luis García Berlanga (1957)
El bosque, de M. Night Shyamalan (2004)
Ray, de Taylor Hackford (2004)

2 comentarios:

  1. Gran gusto para las películas, las he viso todas, y las firmo.
    Los libros...se diría que es una buena biblioteca conservadora...
    Ahora deberías leer Ratzinger, del 77 en adelante (cuando se publique)...sino es trampa. Si con Juan Pablo II tuvimos dolores de cabeza, este hombre tiene pinta de adelantar por la derecha. Crucemos los dedos.

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  2. Me sorprende que te haya gustado tanto Enterrar a los muertos de I. Martínez de Pisón, un libro de apenas doscientas páginas cuya lectura se me hizo pesadísima este verano. La prosa de algunas páginas es pedestre. Hay ocasionales errores factuales y la historia de su protagonista Pepe Robles está estirada hasta la saciedad: se hubiera podido contar en veinticinco (como mucho). De Pepe Robles hay poco que decir, como de la mayoría de los profesores universitarios españoles. De Dos Passos, bastante, y es lo que salva el texto (algo, por lo menos). Las verdaderas novelas estaban en la vidas de sus hijos Coco y Miggie Robles, criaturas verdaderamente llamativas e irrepetibles. Algún malintencionado podría pensar que este libro quiere aprovechar el rebufo de Soldados de Salamina y Tu rostro mañana. En su línea, como sé que te gusta Trapiello, está mucho mejor La noche de los cuatro caminos.

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