miércoles, 28 de diciembre de 2005

Premios 2005 (III)

Mejor blog 2005

De sobra conocido, pero siempre en la cima.

Podría haber puesto más, pero ya tenéis mi lista de preferidos en la columna de la derecha.

En este caso, el premio consiste en esta carta de Raïssa Maritain a Emily Coleman (Roma, 6 de julio de 1947).

"...Voy a intentar responder a tu pregunta: sí, Bloy era un santo. La Iglesia sólo declara la santidad de una manera indudable. Pero hay también muchos santos que no serán jamás canonizados: Bloy es quizá de éstos. Nosotros le rezamos, esto te demostrara nuestra confianza.
Durante los doce años que lo frecuentamos nunca tuvimos nada grave que reprocharle. Imperfecciones sin duda. Pero, ciertamente, ni orgullo ni falta de caridad. Lo que puede parecer orgullo en él para aquellos que no lo han visto vivir, es únicamente el sentimiento que tenía de sus dotes de escritor y de la importancia de su mensaje, de la vocación que Dios le había dado. ¿No es real, todo eso? ¿Y, cuando la humildad es verdad, dónde está el orgullo? Lo que en sus escritos parece algunas veces falta de caridad -para quienes no lo conocieron- no es sino una manera torpe de manifestar su amor por las almas, su celo ardiente por su salvación, su dolor inmenso por el daño que el pecado hace a Dios. Al juzgar severamente a éste o aquél se equivocó algunas veces, pero tenía razón al juzgar severamente la malicia del corazón, la falta de amor. Es siempre el amor a Dios lo que provocaba en él sus juicios severos, sus cóleras, jamás el amor propio. Y bien, todo esto es propio de un alma santa, de una fe viva, de una caridad divina. Esto es lo que piensan de él sus ahijados.
Léon Bloy fue fiel a su vocación a costa de sufrimientos extremos. Si hubiera puesto su inmenso talento, su genio al servicio del mundo, habría sido rico y honrado por el mundo, Dios lo sabe. No digo tampoco que la vocación de Bloy nos sea propuesta a cada uno de nosotros. Si John tiene una vocación de dulzura con respecto al prójimo, como un san Francisco de Sales, que la siga, y su madrina sabrá también admitir una santidad de este genero, pero nosotros no tenemos derecho a juzgar la vocación del prójimo según los caracteres de la nuestra. ¿Acaso todos los santos se han sumergido en el silencio como los recluidos? ¿O, es que todos deben predicar a diestro y siniestro como san Pablo? He ahí, queridísima ahijada, el juicio ex cátedra de tu madrina que te ama con todo su corazón. Como nuestro querido ahijado John nos plantea la misma cuestión respecto a Bloy, ten la generosidad de comunicarle esta carta, que os ruego leáis con una santa paciencia, una seria consideración, y un poco de amor por aquella que tanto os ama."
Diario de Raïssa, publicado por Jacques Maritain, Barcelona, Estela, 1966, p. 262-3

2 comentarios:

  1. Quiero sumar mi voto a la distinción otorgada al blog de mi tocayo y además felicitar a Arp por el modo escogido para premiarlo.

    Feliz Año Nuevo.

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  2. Preciosa carta. Mi admiración por Raïsa y Maritain no para de crecer.

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