Muy largo viaje en avión (una hora Santiago-Madrid y dos horas y media Madrid-Las Palmas). Iberia ya no da ni la hora: ni siquiera un vaso de agua.
Miro en un mapa: es lo más bajo que he llegado en mi vida (en sentido geográfico). Estoy a la altura de Houston, enfrente del Sahara.
Primeras impresiones: poca vegetación por los campos. Muchas flores por la ciudad. Aire hispanoamericano (lo digo yo, que nunca he estado en América).
Una hora menos en Canarias.
Calor: no mucho, pero pegajoso.
Acabo de ver el colegio en el que estudió Galdós de pequeño. Me ha hecho mucha ilusión, no sé por qué. Aquí le enseñaron latín y griego y de ello hay huella en sus obras: de eso hablaré esta tarde y de la recuperación de lo bucólico en su obra.
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