domingo, 3 de abril de 2005

Tristeza

Juan 21, 17:
Le preguntó por tercera vez:
-Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez: "¿Me quieres?", y le respondió:
-Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.
Le dijo Jesús:
-Apacienta mis ovejas.
Santa Catalina de Siena (carta 196):
Il dolce Cristo in terra.
Babbo mio dolcissimo.
Fray Luis de León, En la Ascensión:
¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, escuro,
con soledad y llanto,
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro?
Los antes bienhadados
y los agora tristes y afligidos,
a tus pechos criados,
de ti desposeídos,
¿a dó convertirán ya sus sentidos?
¿Qué mirarán los ojos
que vieron de tu rostro la hermosura
que no les sea enojos?
Quién oyó tu dulzura.
¿Qué no tendrá por sordo y desventura?
Aqueste mar turbado,
¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto
al fiero viento, airado?;
estando tú encubierto?
¿Qué norte guiará la nave al puerto?
Ay, nube envidiosa
aún de este breve gozo, ¿qué te aquejas?
¿Dó vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!
Juan, 21, 7:
Aquel discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro:
-¡Es el Señor!
Al oír Simón Pedro que era el Señor se ató la túnica, porque estaba desnudo, y se echó al mar.

2 comentarios:

  1. No estaba desnudo, Angel, estaba atado. Muerto de pies y manos y postrado en su silla, primero; lleno de cables, sondas y vendas, después. Como Lázaro en su tumba. Por eso dijo "lasciate(mi) andare", con las mismas palabras de Jesús después de resucitar a Lázaro: "Veni foras...Solvite eum, et sinite abire" (e lasciate andare).
    Y no sabes el bien que siguió haciendo y cuántas cosas fue desatando en el mismo momento en el que echó de nuevo a andar...

    ResponderEliminar
  2. Gracias, mil gracias por el comentario, cb, es precioso.

    ResponderEliminar