
Gran disfrute al ver pasar el campo castellano en primavera. No nos paró el control de la policía.
En Madrid nos fuimos a ver por la noche los monumentos iluminados: aquello era una romería, con la gente encantada de ver a tanta gente viendo los monumentos iluminados. Lo mejor fue la cerveza que nos tomamos en Callao mientras 7 policias municipales rajaban de los preparativos de la gran boda, escaqueados en una esquina. Lástima de no acordarme de todo lo que dijeron.
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