miércoles, 12 de febrero de 2025

Las fijaciones de David Lodge

Falleció hace poco David Lodge. A propósito de eso leí a una blogera americana elogiar algunos libros suyos como indicativos de lo que pasaba en el mundo católico inglés en los sesenta y me cogí La caída del Museo británico. Es un libro de 1965, lo cual tiene su interés, porque es anterior a la Humanae Vitae. Lodge presenta a un matrimonio católico joven, pero ya con tres niños, porque los "métodos naturales" les fallan repetidamente. El marido teme que su mujer esté de nuevo embarazada, todo esto mientras está hasta el cuello intentando terminar una tesis doctoral en la biblioteca del Museo Británico. Hay momentos muy graciosos, de reír a carcajadas, y otros más burlescos. No sé si al final me mereció la pena leer la novela, porque me dejó un sabor amargo. Parece que es fundamental la parodia de estilos a lo largo de los capítulos, cuestión que no se me escapó solamente a mí, sino a buena parte de la crítica, según leí después. Sea como sea, el problema no es ese, sino el parti pris: hay una cuestión ya resuelta desde el principio, la de que la doctrina de la Iglesia Católica sobre sexualidad debe cambiar, y ahí se queda toda la (falta de) problemática. En la edición que leí le había dado para añadir un epílogo, por si le quedara a alguien alguna duda de cuál era su postura. La aparición de la Humanae vitae le debió de dejar perplejo, como mínimo.

Luego pasé por Urueña y allí me di con Terapia por seis euros. Es una novela a modo de diario de un guionista de series, buscadamente tirando a una narración como anodina, pero eficaz al final. En medio recoge las opiniones de otros personajes, unas páginas en el centro en las que me volví a reír a carcajadas, como no me reía desde que leía los libros de Guillermo Brown con doce años. Al final le pongo las mismas pegas: no se mueve un milímetro de sus planteamientos de fondo, que se ve que son obsesivos, básicamente cómo salvaguardar sus ideas sobre sexualidad en un ámbito de cierta moralidad, que tira a convencional o que se ha hecho convencional en realidad, en la medida en que ha sido aceptada por la mayoría de la sociedad. Él se definía, parece, como "católico agnóstico": algo así es lo que se muestra en sus obras. No hay problemática en realidad. Cuando se abre algún destello de hondura, se apaga a continuación, no vaya a haber dificultades de las que sea difícil salir.

2 comentarios:

  1. Está muy bien la novela ¡ El autor, el autor ¡, sobre Henry James.

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    1. Ah, gracias. También tengo echado el ojo a un libro suyo sobre El arte de la ficción

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