martes, 29 de octubre de 2024

Innsbruck 21 - Más de cementerios

En el viaje a la cascada de Stuibenfall pasamos por la iglesia de Umhausen. 

En el cementerio pude darle vueltas al dilema con el que se enfrentó el ahora beato Franz Jägerstätter, de lo que habla la grandiosa película Vida oculta, de Malick. Todos los que acabaron en el ejército nazi cargan con una culpa que no es necesariamente personal, pero que ahí está. Por ejemplo, me impresionó un recordatorio a un muerto en Rusia. Dice "en silencioso recuerdo a mi padrino y tío Christian Schmid, que murió con 34 años en Rusia y allí está enterrado, en el cementerio de héroes de Jodlova".

En la iglesia estaba una vidriera que recogía el tema de la ayuda a los heridos de la guerra. No sé quién será el que está representado como san Jorge arriba:

Luego subimos a Kühtai, una estación de esquí, con vacas y caballos por la carretera y de allí a Gries im Sellrain, donde visitamos la iglesia. La rodeaba el cementerio y había lápidas a los muertos en la primera y en la segunda guerras mundiales, muchos muertos, mucha pena, además de estar en el ejército equivocado, para mayor amargura. En esta lápida están solamente los de la Primera Guerra Mundial, que no es tan mal vista, incluso para ese bando perdedor. Ponen dónde murió cada uno:


Este es el de la Segunda Guerra Mundial. Son del ejército austriaco y son del ejército nazi, como quieras ponerlo:

En el interior, se acordaban de un párroco que con 42 años después de celebrar la Misa se murió en la iglesia de un derrame cerebral:

Me volvió a llamar la atención que pongan el oficio en la tumba, me parece muy bien. Aquí está enterrado uno que era carpintero y otro, taxista. Esto dice mucho de Austria, me parece, y bueno:

No hay comentarios:

Publicar un comentario