lunes, 8 de mayo de 2023

Hermosa cáscara

La ceremonia de la coronación de Carlos III de Inglaterra me dejó frío. Me gustó la música, con muchas intervenciones de las trompetas, que eso siempre está bien, con mucha fanfarria. La comitiva, con el desfile militar, los caballos, eso ya lo alabó Safo, así que no voy a dármelas yo de original, aunque también ella lo puso en una lista y con eso en cierto modo rebajó todas esas comitivas.

Las coronas que les pusieron en las cabezas, aunque tuvieran los diamantes más tremendos del mundo, me parecieron de opereta. Quizá es que sé que toda la parafernalia real, tal como la conocemos, es muy del XIX, como vi sobre todo en Viena: en el mejor de los casos son recreaciones de modelos medievales. Y quizá incluso en la Edad Media eran ya ridículos, que eso parece que nadie se lo plantea, porque también hay una beatería de lo medieval.

Lo que me pareció especialmente hueca fue la ceremonia de unción del rey. Querían darle un boato lleno de mysterium tremendum y metieron al rey entre unas pantallas más que otra cosa, de estilo naïf:


Qué hicieron ahí dentro: poner aceite (resulta que lo habían consagrado ortodoxos en Jerusalén) sobre el que había dicho una "bendición" (es un decir) el "arzobispo" de Canterbury: los anglicanos, Dios sabrá, conservan algo de cristianos, pero la sucesión apostólica no, así que toda su parafernalia, todas sus obispas y sus deanes, no son más que una pura compañía de coros y danzas. Y además, qué es eso de ungir al rey, en plan Antiguo Testamento, aunque lo hicieran también en la Edad Media, cuando todavía eran católicos: Carlos iba con unas vestiduras cuasi-sacerdotales y además todo era un ten con ten con la iglesia: te doy la espada (que llevó con gran aplomo una tipa), me compras la espada, la pongo sobre el altar. Una iglesia de opereta para un país de opereta. No sé si todo ese lío político-religioso o cuasi-religioso que se tienen sirve ya para algo. No sé si eso es la noble mentira que decía Platón que estaba en el fondo de las construcciones políticas. 

Todo esto podría ser simplemente la Iglesia anglicana y ya está: un cadáver ambulante que por un hilo sirve para llegar a Dios, aunque el hilo se va adelgazando cada vez más. Me acordé un montón de Un puñado de polvo, la novela de Waugh.

En un artículo en The Guardian describen la ceremonia como ridícula y también magnífica (ludicrous but magnificent) y dice que los reyes parecían una pareja de osos polares viejos de gira ("looked like a couple of elderly polar bears on tour").

7 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo: una ceremonia de opereta hecha por una iglesia de opereta con una monarquía de opereta para un país de opereta.

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    1. ......con una antigua querida reconvertida en consorte de opereta- La comparación me parece injusta con las operetas. Yo no vi la ceremonia en directo, pero habría disfrutado más con una retransmisión desde el Met de La Gran Duquesa de Gerolstein. Además, Frederica von Stade está de mejor ver que Camila..... y canta mejor.

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    2. Exacto. Parecía una opereta vienesa de cuarta categoría con personajes de Feydeau opéras bouffes. De acuerdo con el hecho de que las opéras-bouffe de Offenbach son infinitamente más divertidas - y no sólo divertidas:

      Offenbach: Les Contes d'Hoffmann: Barcarolle
      Anna Netrebko & Elina Garanca
      https://www.youtube.com/watch?v=0u0M4CMq7uI

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    3. "Parecía una opereta vienesa de cuarta categoría con personajes de Feydeau" (sin "opéras bouffes").

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  2. Me ha encantado lo de los osos polares...

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  3. Hay que irse a la edad media y mejor quedarse allí, porque si no habría que explicar que los Coburgo-Sajonia-Gota decidieron hacerse llamar los Windsor porque en aquellos tiempos lo alemán no era de lo más popular en el reino unido de la gran bretaña y el norte de irlanda

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  4. A mí me pareció bufo al 100%.

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