lunes, 24 de abril de 2023

Éramos otros de Andrés Trapiello

Acabo de terminar Éramos otros, el volumen 24 del Salón de Pasos Perdidos, esa novela en marcha que son los Diarios de Andrés Trapiello. Estoy como viudo: queriendo leerlo despacio, se me ha acabado demasiado pronto, otra vez. Por suerte llegaron a la Biblioteca de la Facultad los Diarios de José Jiménez Lozano, que han publicado completos ahora en dos volúmenes en la Fundación Jorge Guillén. Los releeré, mientras espero, no sé cuánto, a Diario de nada, el volumen que anuncia AT, correspondiente a 2011.

Este, desde la mitad más o menos, lo iba leyendo mientras contestaba en mi cabeza a Jordi Gracia, que le recomendó al autor ¡en 2010! que dejase de publicar volúmenes, que con 16 ya valía (curioso ver lo que tengo escrito sobre Apenas sensitivo). Yo a Jordi Gracia lo había puesto como "dudoso" en la lista que hice en 2015 de los listos más tontos de España: le encanta mangonear el canon de la literatura contemporánea y unos diarios que no se cierran le estropean el recuadrito que se ha hecho, donde encasilla a su gusto a todo el mundo.

Éramos otros es como los otros volúmenes y único. La naturalidad en el decir, eso maravillosamente misterioso que hace de estos Diarios un milagro, la sensibilidad, la hondura, la emoción, el humor, eso está aquí también. Yo querría que estos Diarios tuvieran 40 volúmenes, que sacara dos por año: cuanto más, mejor.

Del libro destaca un viaje inolvidable a Nápoles, contado con muchísima finura. Me dio pena no saber más de Leopardi, porque es en buena parte el hilo conductor. Hubiera dado un brazo por estar en la visita que hicieron a Paestum.

También hay un retrato al final de R. que tiene su parte de autorretrato, en un momento de cambio vital que se asocia con un recuerdo de los Reyes Magos, muy emocionante.

M. está aquí más a la pata la llana, es más realista como personaje. Gana en hondura.

Y luego están las X, que aquí muchas veces se despejan en iniciales o en datos que una búsqueda de tres segundos en Google aclara. Salen, que haya apuntado, Chantal Maillard, Germán Gullón, Antonio Fontán, Antonio Muñoz Molina, Rafael Conte, José Manuel Caballero Bonald, Soledad Puértolas, Carlos Sahagún (yo pensé durante un tiempo que el "poeta social" era Gamoneda), Duarte Pinto Coelho. Da un poco igual quiénes sean, con lo que se corrobora la tesis de AT sobre las equis. A mí me ha hecho gracia el despiece que hace del Premio Planeta de Mendoza, que de todos modos no pensaba leer, pero el decorador portugués, por ejemplo, a mí me es indiferente saber quién era: yo leo estos libros no para hacer sudokus.

La parte verdaderamente mollar pasa en Las Viñas, un lugar cada vez más paradisiaco, siendo casi todo lo que describe muy de la vida diaria. Lo que cuenta de su madre allí también es de lo que más brilla del libro.

Me alegró ver que Modiano le deja como a mí, ni fu ni fa.

5 comentarios:

  1. Tienes razón en que cada volumen es único y a un tiempo lo de siempre: lugares y situaciones comunes que siempre te aportan algo nuevo

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  2. Yo tengo la sensación de que estos Diarios no podrán ser leídos en el futuro. Creo que no perdurarán, precisamente por su extensión (tanto en número de páginas como por su alcance humano). Los que los leemos habremos disfrutado, pero las así llamadas "generaciones venideras" dudo que se asomen a ellos. Ya sé que el argumento de su extensión es un poco peregrino, pero, salvo que se editen antologías del Salón, nadie los leerá. Y es una pena, pero no veo a la juventud que surja de aquí a treinta años enfrentándose a una obra así, de tal envergadura.
    Esto es una opinión y, por tanto, perfectamente rebatible.

    Un saludo,
    Ander

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    1. Llevo leyendo el Spp desde los primeros volúmenes; he de decir que El gato encerrado, El tejado de vidrio y esos primeros volúmenes son un hito y una novedad en la literatura española de ese final de siglo. Creo que serán recordados y leídos, o al menos deberían marcar la altura estética de un época literaria. Pero también creo que pasados esos primeros tomos el tono ha ido mudando y barroquizándose, quizá alentado por la exitosa recepción de una minoría, caso convertida en secta, con todo lo peyorativo que la palabra conlleva. Opino un poco como el comentario de Ander; es una obra ya inabarcable; este último tomo, efectivamente, se acaba pronto porque se lee rápido, se merienda estupendamente, pero sería un mucho mejor libro si prescindiera de muchos fragmentos que no aportan nada, que no dicen gran cosa. Claro que esto es solo una opinión estética. Meno, siempre menos, que decía Borges.

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  3. Creo que es la única ocasión bueno en el anterior volumen tambien habia una pagina del diario original en que se puede cotejar las anotaciones originales con la famosa recreacion años a posteriori. Llama la atención como con la llamada de la amiga que dice que su relacion se ha roto suprime mucho del cotilleo que ella le cuenta sobre su marido y su amante y porque ha decidido separarse en ese preciso momento y como recrea el paisaje mientras habla con ella cosa que el original tampoco aparece.Y luego esta tambien como el blog de Arcadi Espada al que M. y A.T. deben llamar cariñosamente Factual pues lo convierte en un periodico. Seria fascinante asistir a este proceso de reelaboracion y creacion de una obra tan extraordinaria pero dudo qeu tengamos nunca mas ocasión de poder hacerlo.

    Josea.

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    1. Factual sí fue un periódico digital, dirigido por Espada y con un equipo de periodistas, por ejemplo Salvador Sostres. Yo estuve suscrito, aunque por desgracia duró muy poco. No tiene nada que ver con el blog, que sigue existiendo, y ahora es de pago.
      https://www.elconfidencial.com/comunicacion/2010-01-28/arcadi-espada-abandona-su-periodico-digital-a-los-dos-meses-del-lanzamiento_249527/

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