lunes, 22 de noviembre de 2021

Batallas de palabras

En esta última lectura de la Ilíada me gustó especialmente la discusión previa a la batalla entre Aquiles y Eneas del canto 20. Eneas le ha estado contando de su linaje: él es de lo mejorcito de Troya, primo de Héctor, hijo de Afrodita. Ahí hace el primer discurso de las armas y las letras, que recojo en la traducción de Fernando Gutiérrez:
Pero no nos hablemos ya más cual si fuéramos niños,
de este modo, parados en medio del campo de lucha.
Nos sería muy fácil cubrirnos entrambos de injurias
que llevarlas no fuera capaz una nao de cien bancos.
Es flexible la lengua del hombre y razones distintas
salen de ella y consiguen formar un yerbal de palabras;
de la forma que tú hables tendrás que escuchar la respuesta.
Pero ¿qué obligación nos apura a altercar disputando
e injuriándonos como mujeres llevadas de cólera
que movidas por la ira que han puesto en sus pechos, se salen
a la calle a reñir y zaherirse, diciéndose cosas
que son unas verdad y otras no y que la cólera dicta?

Con palabras no harás que el valor me abandone. Deseo
con la lanza en la mano batirme contigo. Ataquémonos ... (20.244-58)
Es fascinante lo de las discusiones de niños (Emilio Crespo las traduce como discusiones de necios), es fascinante también lo de almacenar tantos insultos como cabrían en un gran barco "de cien bancos". Es muy bonito lo del "yerbal de palabras" (Crespo: "pasto de palabras").  Y la escena de las mujeres peleándose impresiona. Así la tradujo Emilio Crespo:
                                                como mujeres
que irritadas a causa de una rencilla, devoradora del ánimo
salen a plena calle e intercambian entre sí insultos,
muchos ciertos y otros que no lo son, y que las rabia les dicta ...

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