en la ciudad de Écija, que habiendo predicado el dicho Venerable Padre Maestro Juan de Ávila en la Parroquia de Santa Bárbara de la dicha ciudad, que es junto a la plaza de ella, salió de la dicha iglesia, donde llegó un sacerdote que así mismo había predicado aquel día en la iglesia mayor de la dicha ciudad y le dixo al dicho Venerable Padre Maestro Juan de Ávila en presencia de muchas personas: "¿os parece bien venir a quitarme la gente que tenía para mi sermón?" , y sin aguardar respuesta le dio un bofetón, y el Venerable Padre Maestro Juan de Ávila con grande humildad se hincó de rodillas y le pidió perdón si le había ofendido en algo, de lo cual movido el dicho sacerdote que así le había injuriado se echó a sus pies, y le pidió que le recibiese por su amigo y que así lo fue después, y muy ejemplar, nacido de la comunicación que tuvo con el dicho Padre Maestro Juan de Ávila (224).
miércoles, 17 de febrero de 2021
Poner la otra mejilla en la práctica
Podría haber puesto unos cuantos testimonios, porque muchos repiten justamente este episodio, que me imagino que debió de causar una gran impresión en esa España del honor. Ved esta humildad extrema en el testimonio de don Gaspar de Barriotafur, de Córdoba, en 1624:
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