A mí me pareció todo como delirante. Daba ganas de llamar a a todos los psiquiatras de la ciudad para que diesen su valoración. También sería una buena performance enseñar a un grupo selecto de psicoanalistas lo que tenía montado abajo, en una sala aparte, esto:
En el grueso de la exposición me hizo mucha gracia una serie de fotos que documentaban algo que hizo en la Costa da Morte: cogió un montón de libros y los tiró al mar. Luego, en días sucesivos, fue recuperando por la costa los que «se salvaron del naufragio», expuestos en una vitrina. Estos son:
Madre mía... aunque he de reconocer que, a la vista de tus entradas relatando tus visitas, este es exactamente el tipo de contenido que esperaba encontrar en el CGAC, y me decepcionaría mucho ir un día y no encontrar algo similar.
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