martes, 16 de junio de 2020

Vuelta jubilosa al CGAC 1

Hace dos semanas volví al CGAC: fue una fiesta, salí muy contento y mira que no me gustó nada de lo que vi, pero el hecho es que le tengo mucho cariño al sitio y creo que psicológicamente es muy positivo para mí. Incluso alguna vez he visto exposiciones buenas allí. En otros sitios he visto arte contemporáneo mucho peor: en el CGAC es habitualmente malo pero con un twist, como con algo a lo que te puedes agarrar para criticarlo.



Había una exposición de Antón Patiño, muy reconocido en el mundillo de Galicia (ya se encarga él de poner guiños, por ejemplo exponiendo algunas fotos con repintes, ya de los setenta, en las que sale con gente que hasta a mí me suena, como Menchu Lamas). Él lo que hace grandes son cuadros, de 50 metros cuadrados por lo menos, con rayas y puntos y formas de colores (pista: había puesto también una carta de Dubuffet -o quien le gestionase el correo- agradeciendo el envío de un libro). 
Son cuadros para museos o para bancos (por ejemplo cuadraría para el Santander de Ana Patricia, que eso sí que es una estructura de pecado). Yo me quedé fascinado ante un cuadro con evidente guiño al Prestige (casi un plagio del famoso cartel), con kilos de pintura encima. Pongo primero detalles, muy matéricos:




Por si algún foráneo no lo pilla, es la bandera de Galicia, pero con el fondo negro en vez de blanco, porque quedó manchada por el chapapote, toda Galicia en su totalidad, toda con chapapote, todo muy simbólico y muy matérico:

2 comentarios:

  1. Espero que tu visita dé para más entradas, porque las necesitaba como el comer...

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  2. Parece pintura traducida del catalán. Debería firmarla como "Muros".

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