jueves, 21 de mayo de 2020

El miedo y la alegría

Es mi cumpleaños: estoy feliz de celebrarlo y a la vez, cuando estaba a punto de entrar en sedación, estuve muy contento de que el sacerdote me impartiera la unción de enfermos. No pensaba en morirme, pero luego se me ha ocurrido que al menos para mí habría sido una gran oportunidad de asegurarme el cielo. Hoy me acordaba de que decía san Josemaría que sería una comodidad morirse joven, que hay mucho que hacer. Además estos días están siendo tan dulces, estoy palpando tanto el cariño de tantos, que sí, todo es una bendición y todo ayuda a dar gracias a Dios por la vida.
Esto ha sido una sacudida saludable y quizá quiera Dios que esté muchos años aquí. Lo pensaba el otro día, al ver que el padre López Calo, un jesuita de prestigio inmenso como musicólogo y catedrático de esta Universidad, murió con 98 años: 45 años más me quedarían, si yo llegara a su edad. Esta enfermedad parece que me ha introducido en una nueva parte de mi vida, que puede ser muy larga, en la que lo lógico es que el miedo, que siempre estará ahí, con lo hipocondriaco avestruz que soy, me paralice cada vez menos respecto a lo importante, que es estar cerca de Dios y preocupado por los demás. Y justo también estos días estoy leyendo textos de Escritos varios de san Josemaría. Y ahí, esto:
Dios, al crearnos, ha corrido el riesgo y la aventura de nuestra libertad. Ha querido una historia que sea una historia verdadera, hecha de auténticas decisiones, y no una ficción ni un juego. Cada hombre ha de hacer la experiencia de su personal autonomía, con lo que eso supone de azar, de tanteo y, en ocasiones, de incertidumbre (264).
En la vida el miedo juega un papel importante, pero hay que quitárselo de encima. Justo ayer leía en san Pablo una palabra curiosa (en Eph. 6,6 también en Col. 3,22), que seguramente se inventó él: se está dirigiendo a los esclavos cristianos y les dice que no se dejen llevar, por contentar a sus amos, con la oftalmodulía (ὀφθαλμοδουλεία), la servidumbre al ojo (del amo, se supone), el vivir con miedo, pendiente del castigo. 
Bueno, me sale largo el fervorín: en resumen, que a ver si me meto de hoz y coz en esta vida que se me abre, justo hoy, día de mi cumpleaños. Más contento no puedo estar y tan agradecido al cariño de todos.

11 comentarios:

  1. Felicidades múltiples: por el cumpleaños, por la recuperación y porque su paso por la UCI le ha dado pie a escribir las mejores entradas de este blog en mucho tiempo. Omnia in bonum. Un saludo, aunque quizás sería más apropiado una despedida latina: Vale.

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  2. Muchas felicidades, Angel. En dos meses alcanzaré, Dios mediante, idéntica edad.
    Grandes entradas las de estos días. Un fuerte abrazo precoronavírico.

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    1. Vaya , no sabía que estuviéramos tan cerca. Un abrazo

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  3. Pues felicidades por tantas cosas, y que le tengamos por aquí muchos años. Un abrazo.

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  4. Feliz cumpleaños, Ángel, y enhorabuena por las cosas tan bonitas y saludables que estás escribiendo estos días.

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  5. Oh, veo con retraso que ha sido tu cumple.
    Muchas felicidades! Te deseo lo mejor en este recomienzo tan bien recomenzado.

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