La primera vez que estuve en Viena, una excursión de medio día, tuve media hora para visitar el KHM. Fue traumático, por pensar en todo lo que me perdía. La segunda vez sólo pude pararme ante Felipe Próspero, que me conmocionó, pero la infanta con vestido rosa no estaba.
Esta vez quería pararme en la sala dedicada a Velázquez a mi sabor.
La primera incursión a media mañana tuve que cancelarla por la multitud de orientales que iban pasando. Decidí ir otro día y lo que hice fue llegar a primera hora, ponerme en primera fila de la cola, subir directamente a la zona de pintura y marchar escopeteado a la sala de la esquina donde está Velázquez. Grandísima idea, que os brindo: los chinos/japoneses tardaron todavía en llegar un rato hasta allí, así que lo tuve solo para mí.
Hoy, que es el Domingo Gaudete, fiesta de la AA (tan de capa caída, por mi culpa), os pongo un anticipo de Velázquez, la infanta Margarita Teresa con vestido rosa que ya me impresionó aquella vez de 2006 y ahora mucho más, acompañada como está ahora por retratos suyos de más mayor.
Otra vez os pido que vayáis a la foto (aumentable) del Museo. Yo tengo que poner la de la wikipedia:
Y ahora es cuando amontono fotos mías para intentar reflejar algo de lo que fue ver aquello, la brutalidad de los colores, que de primeras se dan de patadas, pero no. Las telas del vestido. el jarrón -ese dominio de la técnica de pintar cristal-, la pobre niña como volando, su seriedad impostada:
Feliz Día de la AA, Ángel, ya en tiempo de descuento; me dio pena que no se revistiesen de rosa ¡en la Catedral! para celebrarlo.
ResponderEliminarMe ha gustado comparar tus notas de esta visita a Viena y al museo, tan detalladas, con las de las dos entradas que has enlazado hoy: ver los puntos comunes y los distintos.