Viena, fuera de la Catedral, tiene poco que ver en edificios anteriores al XVII. Fuimos a la iglesia de Maria am Gestade, con fama de gótica valiosa (era normalita). A mí casi me interesaron más las placas de agradecimiento a san Clemente María Hofbauer, también por las fechas:
«En agradecimiento por la vuelta de mi hijo» (1945)
El del medio a la izquierda: «Gracias a san Clemente por la salvación y liberación de Viena» (febrero de 1934: lo que pasó fue esto)
La de arriba: «Gracias a san Clemente por el feliz regreso de mi hijo» (Viena 1918).
Cercaba estaba el Archivo de la Resistencia, pequeño, interesante.
Me llevé la sorpresa de ver esta foto del edificio de Loos disfrazado por los nazis («la misma sangre pertenece a un Imperio común»):
Había libros propagandísticos de Hitler (la portada: «Hitler en sus montañas»):
Propaganda a favor de la anexión con Alemania (Ja! = Sí):
Un periódico judío colaboracionista, de 1942 nada menos. Ese tipo de materiales me agobia, porque retrata el miedo de los que se acogieron a un supuesto status quo pensando que ya escamparía, los pobres:
Acabamos en la Iglesia de los jesuitas, tan italiana, Lo que más me impresionó fueron las columnas, que yo creo que son de estuco, pero muy bien, eh:
En el techo, había unos frescos ilusionistas como en las iglesias suyas de Roma:
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