No fueron sardinas en Combarro, pero sí «empanada de pan de maíz con xoubas» en Combarro.
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No me cuadró de primeras, pero cada vez le veo más tino a la comparación que hicieron del Pico Sacro con el Monte Fuji.
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Volví a enseñar la Catedral. Esta vez descubrí algunas de las imágenes románicas reutilizadas en el XVIII para la fachada de la Puerta Santa.
Y al dios Posidón entre las aguas que llevan a Santiago a Santiago en la fachada renacentista del claustro de la Catedral, en Platerías (por no hablar de los calamares que se entrevén):
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En los ojos asombrados de mis amigos volví a recordar que Santiago es una ciudad preciosa.
¡Preciosa!
ResponderEliminar¿Sabes que estuve, cuando tenía trece años, una semana en Santiago con casi plena libertad? Me perdía cada día, solo tenía la obligación de llegar a cenar.
ResponderEliminarUn abrazo