Dissoli: ¿en qué andas, omne de auze* dura?Eso de «sobre yelo escribes», con ese sentido tan plástico de «escribes para nada», está a la altura del epitafio Keats tan jaleado: «Here lies One whose Name was writ in Water» (y me acordaba el otro día de cuando lo vimos a través de una abertura en el muro, tan bonito).
Sobre yelo escribes, contiendes en locura,
Harta só de tu pleito, dasme grand amargura,
Eres muy porfidioso, enojas sin mesura (778).
Busco un poco por encima en Google y solo encuentro un artículo de Cinthia María Hamlin, que estudia las imágenes de la escritura en Berceo. Yo pienso que es más bonito que lo de Keats porque de hecho la Virgen le ayuda al final a Teófilo, hasta el punto de bajar al infierno a rescatar aquel documento incriminatorio de las garras del demonio, así que el escribir en el yelo de Teófilo sí que le valió, de lo que me alegro infinito.
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*auze lo explican a partir de ¿*avice, «de las aves», «destino»?
Auze (de "avicem"): "augurio". Se pronosticaba el futuro escrutando las vísceras de algún ave. Por consiguiente, "hombre de mal augurio", "hombre de mal pronóstico".
ResponderEliminarEso ya lo sé, Anónimo. Lo que no veo claro es de dónde sale ese *avicem, porque latín no es, que yo sepa. Si tú tienes el dato, me gustaría conocerlo.
EliminarUn tal Carlos Estienne (1504-1564) escribió un diccionario de ciencias naturales con el título "De latinis et graecis nominibus arborium fructicum herbarum, piscium et avicem liber". Este diccionario se publicó en 1545 en Francia, por lo tanto si "avicem" no pertenece al latín clásico sí pertenece a aquel que se escribía en Francia en el siglo XVI. Quizás también perteneció tres siglos antes a ese latín de donde sale el castellano de Berceo...
ResponderEliminarEso es claramente una errata: no es «avicem« sino «avium» (genitivo plural de avis). Así que ni en Francia en 1545 ni en época de Berceo.
EliminarLa hipótesis de Menéndez Pidal:
Eliminarhttps://books.google.fr/books?id=siBVPmn7pkQC&pg=PA492&lpg=PA492&dq=%C3%A9tymologie+%22avicem%22&source=bl&ots=sxMTVygdBJ&sig=S2aAdjGqtOHiREZy_yhlHGUypB4&hl=fr&sa=X&ved=0ahUKEwjglNK01fXMAhVJjSwKHWglCUAQ6AEIIDAA#v=onepage&q=%C3%A9tymologie%20%22avicem%22&f=false
Si pones en Google-Recherche avancée, en la primera línea "etimología" (pero también "etymology" o "étymologie") y en la segunda "avicem" te salen más hipótesis.
Menuda explicación, así cualquiera. Se saca uno de la manga un *avicem y arreglao.
EliminarLa palabra auce, auze o auçe no es muy rara; aparece varias veces en el Cantar de Mio Cid (v. 1523: ondrar vos hemos todos, ca tal es la su auze; v. 2366: Verlo hemos con Dios e con la vuestra auze; v. 2369: Parávas delante al Campeador siempre con la buen auze).
ResponderEliminar¿De dónde viene? Porque es verdad que avicem no existe en latín clásico. Habría que suponer un avis-avicis vulgar, del que, desde luego, no conozco ningún caso. Tomás Antonio Sánchez, en el glosario de su Colección de poesías castellanas anteriores al siglo XV (París, 1869), afirma que auce o auze “viene de auca, oca, que significa ave, y de aquí aucilla, que significa avecilla, y con los adjetivos bona, secunda, buen agüero, y lo mismo que corneja diestra. Apul., Met., lib. 9, dijo: bona et satis secunda aucilla. Pero esta explicación no me parece convincente.
El mismo Sánchez recoge un “Loor de Gonzalo de Berceo” anónimo, que en el v. 33d dice también: Imperante don Decio, ome de auce dura.
A propósito, me quedé corto al decir que se predecía el futuro mirando las entrañas de las aves: también observando su vuelo, o, simplemente, su posición con respecto a la de alguien (y de ahí lo de la corneja siniestra que también sale en el Cantar del Cid).