miércoles, 9 de marzo de 2016

Neves Seara de nuevo

Descubrí hace años que en el arte contemporáneo también hay clases: lo hay muy malo y hay cosas que dices, ah, um, eh. A Neves Seara le tenía simpatía por una instalación suya, aunque le puse pegas a los textos acompañantes, ese género imposible de redimir del arte contemporáneo.

La cosa es que vi que tenía ahora otra en la zona C y me acerqué a ver qué tal. Había una chica atendiendo aquello, sola y supongo que aburrida de pasarse las horas allí.
Me dio una cuartilla: miré el texto en diagonal y era de casi imposible comprensión, así que crucé unas cortinas y me encontré en la sala: estaba vacía, pero en un lado se oía una grabación. Yo a la ventana donde estaba el reproductor le vi un aire como para hacerle una foto «desoladora». Esta:



Me paré un minuto: era un ruido inconcreto. Miré para el resto de la sala. Nada. Me imaginé que era simplemente así la instalación:



Yo ya había estado en instalaciones de Susan Philipsz, así que creí que era eso: sonido en una habitación vacía. También tuve una alumna colombiana muy maja que hacía instalaciones sonoras, así que ahora a esa rama del arte contemporáneo le tengo más simpatía que a otras.

Pensé que ya había estado suficiente y salí. Le pregunté a la chica si era solo la grabación y me dijo que también las paredes. Ah. Volví a entrar: estaban rayadas:





La grabación resulta que era el ruido de hacer las líneas en la pared.

Salí de allí y miré la fachada del convento de Bonaval. No había visto el título de la instalación, 73 líneas de horizonte (2ª carta a mi padre). Eso justamente le daba carga emocional a todo. Ahí me acordé de algo de Nicolae Steinhardt, de una vez que le dijo a un psicoanalista que sin creer en el valor del psicoanálisis el mérito de este  podría ser:
el haberse dedicado con compresión (o en cualquier caso, con buena voluntad, sin asco o sin una sospechosa curiosidad) a estudiar alguno de nuestros dolores.
Léon Bloy: en el pobre corazón humano hay lugares aún desconocidos en los que el sufrimiento entra para darles, por fin, el ser. (...)
Desde este punto de vista, el psicoanálisis se manifiesta, si no en su aspecto más científico, al menos ciertamente sí en el más humano, el más duradero. Significa una llamada a la «simpatía», a la compasión, las cuales no tienen carácter científico. Justamente esto: el psicoanálisis ha olvidado que constituye, ante todo, un remedio y que solamente después ha llegado a ser una ciencia con pretensiones sistemáticas y científicas, y que un remedio es por definición caridad y comprensión (355-6)
Lo de Neves Seara no sé si es arte. Espero que le sirva al menos como terapia.

Miré para el otro lado. Estamos teniendo unos días de una humedad absoluta y un frío que empapa. Era muy bonita la pila con agua, con el CGAC de fondo:


6 comentarios:

  1. Qué tendrá que ver con el Arte ese diluvio de mamarrachadas totalmente arbitrarias que desde hace un siglo inunda los templos del esnobismo más imbécil con la complicidad del Dinero y del Poder.

    Pocas cosas muestran mejor la degeneración espiritual de nuestra civilización que esa confusión entre el Arte y la patochada sistemática.

    Que una sociedad pueda tomar en serio a cualquier descarado cínico que se autoproclame artista porque se dedica a exponer "objetos" o "espacios" a los que inventa cualquier sentido, demuestra una vez más la veracidad del viejo adagio latino : "Stultorum infinitus est numerus".

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  2. "Léon Bloy: en el pobre corazón humano hay lugares aún desconocidos en los que el sufrimiento entra para darles, por fin, el ser."

    La frase no es de ese genio de la invectiva que fue Bloy sino del discípulo de De Maistre, Antoine Blanc de Saint-Bonnet (1815-1880) y se encuentra, "si ma mémoire est bonne" en su libro "La Douleur"(1849): "Le coeur de l'être humain a des lieux qui ne sont pas et où entre la douleur pour les faire être." (En el corazón de los hombres hay lugares que no existen en los que penetra el dolor para hacerlos existir).

    Una de las frases más profundas que conozco.

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    1. Pues muchas gracias por la precisión. No me pegaba en realidad como frase de Bloy, al que admiro muchísimo, pero que no suele -creo- hacer frases tan generalizadoras, si me explico bien. Es una frase impresionante, sea como sea.

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  3. Graham Greene la da como de Bloy también en el inicio de The End of the Romance.
    Estoy con el Tomo I de los diarios (El mendigo ingrato) y he encontrado entre muchas esta tan reconfortante: "Inglaterra es al mundo lo que el Diablo es al hombre".
    JLC

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    1. Ah, eso explica la atribución. Y Bloy es un gigante, con citas apócrifas o no.

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    2. Es verdad que la frase de Blanc de Saint-Bonnet no le pega nada a Bloy. Yo leí muchas cosas de Bloy hace muchos años (lo descubrí por Borges), y entre ellas varios de los volúmenes de su Journal en la vieja edición de Mercure de France "podada" para la publicación por el propio Bloy, y he vuelto a leer hace 3-4 años los 2 primeros volúmenes de la edición integral, sin los cortes de Bloy, que está publicando L'Âge d'Homme. Sólo Saint-Simon antes y Céline después han llevado el francés a un punto de incandescencia tan alto como el de Bloy (que tuvo mucha influencia en la manera de escribir de Céline). Un estilo colérico inconfundible, de un virtuosismo impresionante, cuyo tono virulento no cansa nunca porque varía constamente las expresiones y los insultos gracias a un impresionante conocimiento de los vocabularios tanto culto como popular o argótico. Y un estilo desgraciadamente muy difícil de traducir. Yo cada vez que he leído párrafos suyos en español me han sonado muy mal, me han parecido confusos y de estilo trivial.

      Hace poco vi en internet una página de su genial "Propos d'un entrepreneur de démolitions", libro traducido (con el título de "De un experto en demoliciones") por una tal Teresa Lanero, joven treintañera que tras haber hecho un "Máster en Traducción para el Mundo Editorial Lenguas: inglés, italiano y francés (Universidad de Málaga)", se atreve a traducir en tres idiomas. Y en francés a autores tan difíciles como Pascal o Léon Bloy. El resultado es, claro, lamentable. En el mejor de los casos, escolar, en el peor cometiendo errores.

      Un ejemplo: en dicha página había la frase: "Para mí, la cercenadura [sic] ideal partía, como una flecha topográfica, desde la aristocracia de supuesta virtud - es decir, el sacerdocio -", que me pareció extraña en la pluma de Bloy. Miro el original y veo que dice: "Ma ligne idéale d'élagation [poda] partait comme une flèche topographique, de l'aristocratie présumée des vertus, c'est-à-dire du sacerdoce". Es decir, donde Bloy habla de los sacerdotes como "la supuesta aristocracia de las virtudes", ella traduce que son "la aristocracia de supuesta virtud".

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