miércoles, 26 de agosto de 2015

Pues muy bien

En estas tres semanas:

Algunos ratos en Valladolid. Volvimos a la iglesia de san Miguel y al palacio de Fabio Nelli. Me calciné el último día, visitando el Museo de Escultura: carteles con textitos estúpidos para una colección maravillosa: muchas gracias, María Bolaños.

Theodora de Haendel (Sellars / Christie, 1996). Una jartá a llorar: pero qué a gusto. A mí dejadme con Haendel y no quiero más (bueno, Radio Clásica también).

Con el coche entre Tordesillas, Toro, Valladolid, Medina del Campo y Torrelobatón: Villagarcía de Campos, San Cebrián de Mazote, Wamba. Enseñorearse de los Montes Torozos. Paisaje majestuoso de campos segados y verde en bordes de los caminos.

Cosas que me has contado: qué gran libro.

Una visita detenida a la Catedral de El Burgo de Osma. Las tablas de la capilla de Santa Cruz. El ver por fin san Baudelio de Berlanga. Pasar cerca del castillo impresionante de Berlanga de Duero.

Primera relectura de Hombres en armas, de Waugh. Sabía que iba ser mejor que la primera lectura, pero no hasta qué punto mejor.

La dolorosa derrota al parchís que nos volvieron a infligir mis hermanas el día que fui a Burgos.

Un día con este recorrido: San Juan de Baños, Castrojeriz, Villaveta, Frómista, Villalcázar de Sirga, Paredes de Nava, Becerril de Campos. El cielo debe de ser parecido a eso, o al otro día por Covarrubias, Silos y Quintanilla de las Viñas. Idem.

Clases sobre el sacramento del matrimonio. Nunca en mi vida he estudiado tanto qué es el amor (todo el año con el Banquete) y nunca he sabido menos qué es. Creo que voy dando pasos, eso sí.

El monasterio de Sancti Spiritus de Toro: las sargas, las tablas, las tumbas, los azulejos. Volver a la Colegiata y descubrir una portada que me recordaba en pequeñito al Pórtico de la Gloria.

Y en realidad, todo muy tranquilo, despacio, sin atracones.

1 comentario:

  1. Mil gracias por lo del libro y por la visita a la finca, Ángel.

    Abrazo

    JLC

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