lunes, 3 de agosto de 2015

El refugio de la mentira de Cesáreo Bandera

Os dejo, antes de irme a pasar tres semanas cerca de Valladolid, mi recomendación más entusiasta de El refugio de la mentira, un grandísimo libro que hay que agradecerle, claro, al autor, pero también al interés de E. G.-M., a la traducción de Aurora Rice y a José Mateos, el editor (en el colofón, una viñeta, me imagino que suya, preciosa y pertinente).

Son reflexiones sobre la fe y la ficción (ese es el subtítulo), pero no huyáis, que es uno de los libros más iluminadores que podéis leer en los próximos meses. En diálogo fundamentalmente con Girard, plantea la cuestión de la revelación de la verdad y de la liberación del miedo, pero sin caer en un cierto mecanicismo naturalista. Partiendo de aquella contraposición que Auerbach estudió entre Homero y el Génesis, aquí la ilumina, de qué manera tan cegadoramente clara, de un modo nuevo: no es que el Génesis sea esencialista y descarnado y Homero cautivador, es que Homero al final oculta y el Génesis revela.

Y buena parte del libro es así reflexionar sobre la grandeza de Homero y su limitación, pero también sobre Virgilio y Lucrecio, Cervantes, Descartes, Heidegger y Nietzsche. El centro es Cristo, que revela al hombre la verdad muriendo por él (y qué páginas impresionantes ahí sobre el concepto de aflicción en Simone Weil), que estaba de algún modo ya presente para salvarlo de ese desatarse de la primera violencia que creó aquella espiral de terror sagrado que dominó el mundo pagano, tan magistralmente descrita por Homero (y que Weil llamó 'la fuerza') y de la que él mismo no puede salir (y de ahí el ingenioso Odiseo: ingenioso en ocultar, en distraer de la verdad).

3 comentarios:

  1. Hacía años que no leía este blog. Lo perdí de vista, lo echaba en falta, pero no fui capaz de volver a encontrarlo.

    Antes, cuando había menos blogs, y foros, y facebooks, y twitters, y youtubes me resultaba más fácil encontrarlo. Es más, creí que había desaparecido, pero ya veo que afortunadamente no es el caso.

    Tampoco sé como he llegado ahora hasta él ,pero hasta me resulta providencial porque Girard es uno de mis autores favoritos y los once primeros capítulos del Génesis mi especialidad amateur casi obsesiva, o sin el casi.

    Así que me voy a dar el gustazo de leer "El Refugio de la Mentira".

    Girard está en el Génesis, ¿Sabe? Lo está cuando dice que el Hombre es instinto pero también deseo, y que ese deseo ya no está fijo en Dios desde el Pecado Original, por lo que el hombre tiene que fijarse en aquello que nos recuerda a Dios, es decir, el Otro, quien también es imagen de Dios.

    Lo que pocos católicos saben es que el pecado original todavía es una doctrina inacabada. Hasta ahora nos hemos centrado en la Gracia que perdimos al pecar Adán y su compañera, pero no tanto en lo que ganamos.

    En el Génesis, Adán y Eva comen el fruto prohibido adquiriendo en su natura algo no querido por Dios, que es lo que quiere simbolizar precisamente el fruto, que es precisamente lo que expulsó la Gracia de ser Hijos de Dios de nuestra natura.

    En el fruto que comimos están los instintos que ganamos de los que habla Girard.

    Y la falta de Gracia ,que esos nuevos instintos expulsaron, es lo que frustran nuestro deseo de querer ver a Dios que es nuestra felicidad, por lo que la perseguimos en el otro, pero esto último usted lo sabe bien.

    Gracias por la recomendación y daré de alta su blog en mi reader.

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  2. Pues bienhallado, T Paz, te gustará el libro.

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