domingo, 15 de diciembre de 2013

Dante, Purgatorio canto 2

Celebro la fiesta grande de los Amigos de la Aurora (AA) con mi canto favorito de Dante (por ahora):

A pesar de las enfadosas referencias astronómicas al principio (por suerte breves), pronto entramos en un estado de alegría rebosante (aunque imperfecta, los personajes caerán en la cuenta al final), de descubrir que estamos en casa, salvados, aunque sea a la puerta y sucios.

Dante y Virgilio están al principio así también, primero desconcertados ("como gente que piensa sobre su camino, / que va con el corazón pero en cuerpo se demora": come gente che pensa a suo cammino, / che va col cuore e col corpo dimora) y luego alegres.

Y entonces aparece la Aurora, de mejillas blancas y rosadas (2.7). Su blanco cuesta decir cómo era (2.23 "un no sabía qué blanco": un non sapeva che bianco), que pronto es superado por otro blanco mayor (2.26), el de las alas de un ángel que las usa de velas (2.32 "no quiere remos, ni otras velas / que sus alas": sì che remo non vuol, né altro velo / che l’ali sue), que es un uccel divino (¿gorrión?) y va en un barco (2.41) y "parecía un santo con inscripción" (así lo entiendo yo, sin saber: pareva beato per iscripto).

Y en la barca trae a cien que se han salvado. Ahora, ya sí, el sol asaetea el día (2.55). Esas almas al principio están desconcertadas. Cuando ven (2.68-9) que Dante todavía respira se quedan muertas (maravigliando diventaro smorte). Se deben de pensar: ¿pero entonces esto es todavía el mundo? ¿No nos habremos salvado? Pero lo siguiente es ir a hablar con él, olvidadas de que tienen que hacer una larga subida hasta el cielo. Están tan contentas que lo que quieren es comentar la jugada (2.75 "olvidándose casi de ir a hacerse bellas": quasi oblïando d’ire a farsi belle).

También Dante ve a un conocido. Le quiere abrazar y tres veces no puede, porque es un cuerpo de humo (2.79-81 Crespo recuerda Virg. Aen. 6.700-702; yo recuerdo la Odisea 11.205-7, modelo de Virgilio. Pero mirad qué bonitos los versos de este:
Ter conatus ibi collo dare brachia circum,
ter frustra comprensa manus effugit imago,
par levibus ventis volucrique simillima somno.
tres veces allí intenté echar los brazos al cuello
tres veces en vano apretada de mis manos huyó la imagen
igual a los leves vientos y parecidísima al sueño volador)
A ese amigo al que Dante ha querido abrazar le pregunta que por qué ha muerto tan joven, que "cómo le han quitado tantas horas" de su vida, en un verso bien bonito (2.93): diss’io; "ma a te com’è tanta ora tolta?. Era un amigo que le había puesto música a algunos poemas suyos.

Todos se ponen bien contentos (2.112-121), pero no pueden pararse allí: el hecho es que están tiñosos (2.122). Cierra el canto un símil precioso: son como las palomas comiendo, olvidadas de "su habitual orgullo", que dejan de golpe la comida (2.129) "porque han sido asediados de un cuidado mayor": perch’assaliti son da maggior cura. Ante la aparición de un anciano que les reconviene, huyen todas hacia arriba.

1 comentario:

  1. Maravilloso maravilloso post. Mañana que es mi cumple lo tuiteo.

    ¿Qué tal, Ángel?

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