Evocando, quizá, los tiempos de su infancia pone la comparación de los pequeños que juegan en la plaza pública.Se está refiriendo a Mt. 11.16-17:
¿Pero, con quién compararé a esta generación? Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a otros diciendo:-Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonado endechas, y no os habéis lamentado.Que Jesús se acordase muchos años después de cuando veía a otros jugar a fingir que no bailaban al ritmo de la flauta o que no jugaban a ponerse tristes cuando les cantaban canciones tristes, es bien bonito.
Lo que no sé es si Él fingiría, si jugaría a hacer como que estaba alegre o triste según los otros le dijeran.
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