Tenía ganas de conocer la
romería del Corpiño, pero solo a mí se me ocurre ir a las cinco de la tarde. Las carpas de pulpeiros estaban vacías (¿la crisis?) y los puestos donde vendían cerezas, souvenirs religiosos
feos sobre toda ponderación, carne de cerdo y bolsos falsificados, sin clientes. La propia iglesia era bien fea. No así el paisaje: luego por las carreteras era una delicia ver el verde de prados y árboles.
Yo quería resarcirme viendo alguna iglesia y Suso no se opuso, así que acabamos en
la iglesia de Anzo, que es tan poca cosa, tan popular, que casi ni cuenta como románica:
![](https://lh3.googleusercontent.com/-JMU1dqIapEY/Uc1YbSlUHUI/AAAAAAAAHbQ/8AI6thAmOzA/w623-h831-no/2013-06-23+17.28.14.jpg)
Mirad qué capiteles, dan piedad de tan pobres.
Sí qué conmueven esas piedras. Pero hasta el anacronismo vulgar de esa puerta repintada da ternura
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