Cosas que pasan en la vida: no recogí nada en el blog sobre esa exposición cuando estuvo hace más de un año en Santiago. En buena parte fue porque me desaparecieron las notas -bien buenas eran, ay- que había ido tomando en las cuatro visitas que acabé haciendo, cada una con un amigo distinto. Lo que sé es que aprendí un montón, viendo esa pintura del paisaje en la tradición nórdica.
En los textos resaltaban esa tradición de cielos enmarcados en tierra. Y la gradación canónica (de abajo arriba): marrón / ocre / verde oscuro / verde claro / azul claro / azul oscuro. Los holandeses luego bajaron los horizontes, con lo que casi todo era cielo (y ahí seguimos). En un cuadro, el rosa se entremete y el azul se aclara, para que entremos con buen pie en el XVIII:
Luego había una sección sobre la vida en el Flandes español. Aquí creo que estaba Isabel Clara Eugenia paseando con su familia junto a un castillo.
De allí, saqué algunos nombres: Jan Brueghel el Viejo y el Joven, Pieter Brueghel el Joven (no estaba, ay, el Viejo). Y otras que he vuelto a ver ahora y se me habían olvidado: grandes pintores, también un grupo muy interesante que viajó a Italia y se contagió del estilo italiano.
Pero sobre todo me paré en Rubens, con una puesta de sol memorable que se insinuaba a la izquierda.
Y Claudio de Lorena (no miréis las figuras, fijaos solo en el paisaje).
Qué buena iniciativa esta. Con esto de “lo peor de cada casa”, se pueden hacer unas exposiciones tremendas.
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