Y gracias a ello me encontré allí un cuadro de Hans Baldung Grien, que quizá podría haber visto yo mismo antes en Praga, de donde seguramento lo chorizaron (o quizá no; no vamos a ponernos ahora a si tú me hiciste eso o aquel te hizo esto otro: no vamos a caer en ese vergonzoso choromiquerismo de los griegos, que da pudor oírles, qué pesadez).
A lo que íbamos: es el dios Hermes y el cuadro es extraordinario. Por decir algo: fijaos qué cabeza [aquí mejor], qué bien pintada, aunque -ay- no hayáis podido verla en directo.
Y todo lo demás, bien misterioso: ¿a los dioses griegos les crecían plumas en salvan sean las partes? ¿qué hace una especie de león/pantera mirándose en el agua cual narciso?

¿Y esa fuente? ¿Y esos animalitos que saltan por la hierba? ¿Y esa liebre sentada?

Muy bueno, muy al estilo de Durero y Cranach. Por cierto ya nos dirás, al menos a mí, que es eso de choromiquerismo...
ResponderEliminarAh, sí, se me pasó: es del gallego choromicas, 'choromiquieiro': llorón
ResponderEliminar¡Ah! un llorica de toda la vida...
ResponderEliminarMe ha recordado a Masaccio. Muy chulo
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