El año pasado en Estonia: este en Suecia.
Desde Estocolmo había un ferry (Tallink, eh, qué coñita) a Tallin.
Y en el Museo Judío de Estocolmo descubrí que la mayonesa Felix, que yo pensaba que era estonia, era de la empresa de un tal Herbert Felix, judío que escapó a Suecia desde Praga.
Ya decía yo que 'Felix' no sonaba muy estonio:
Ah, el amor por las historias que se redondean, aunque sean de mayonesa y pepinos.
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