Vaya: iba a seguir esta serie pero la dejé colgada cuatro meses, nada menos.
Eran unas clases sobre el sacrificio en Grecia: esta es la segunda, en la que les hablaba de las teorías sobre el sacrificio; me detuve especialmente en René Girard (Avignon 1923-). Catedrático de Literatura y su teoría mimética:
El deseo no se dirige a directamente a un objeto, sino que es triangular: se desea el objeto en la medida en que se percibe que otro lo desea. Nuestros deseos se configuran a partir de los deseos de los demás: es el deseo mimético.
Hay que distinguir entre mímesis de apropiación (rivalidad o conflicto por la escasez del objeto) y mímesis de antagonismo (se acaba olvidando el objeto y se cae en la obsesión recíproca entre los rivales). El deseo desbordado (al querer lo que otros quieren, no es posible que todos lo obtengan) conduce a la violencia generalizada. Cuando son muchos, los antagonistas tienden a acabar por escoger como antagonista al que perciben como más débil, que se convierte en víctima.
La clave de la crisis sacrificial: la realidad del escándalo como elemento fundante.
Solución de la violencia: el sacrificio del chivo expiatorio [φαρμακός, pharmacos], que -paradójicamente- funda la sociedad civilizada, en la medida en que acaba convertido en memoria estilizada y permite el control de la violencia.
El mito es al final la historia del asesinato fundador.
El mito antiguo preserva el recuerdo del chivo expiatorio, pero de modo sesgado: aparece como un modo de solución de la violencia, que a la vez se oculta: la caza, la domesticación de animales, el culto a los muertos.
La víctima es sacralizada y a la vez disfrazada en esa divinización.
El mito se revive en el rito.
La muerte de Jesús en la cruz supone la revelación de la inocencia de la víctima y con ella también rompe la "eficacia" del mecanismo sacrificial. Y destruye el valor de los mitos antiguos.
Todo esto, con la ayuda (via) de un excelente Documento de trabajo de Alejandro Llano [aquí el PDF].
Muy interesante. Ahora no puedo pero me apetece leer el documento de A. LLano (a ver si tengo un rato). Con respecto a este tema me parece también muy claro lo que explica Benedicto XVI en el libro II de la Vida de Jesús, sobre el día de la Expiación, el Hilasterion y la sangre que derramaba el sacerdote sobre dicha tapa del Arca de la Alianza y como todo quedó definitivamente superado en la Cruz, no es muy largo y merece la pena leerlo.
ResponderEliminarTe lo recomiendo vivamente. Y el libro de B16 es de esos a los que uno va volviendo cada poco.
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