Vimos El tercer hombre, gran película, pardiez.
Demasiado barroca en el exceso de picados y contrapicados, curvas, cuestas, desmontes.
Oscuridad y sombras.
Retratos esperpénticos de frikies expresionistas.
Las ratas que se mueven por las alcantarillas.
La Viena ocupada: los rusos que se llevan a los checoslovacos. La gente que habla alemán y no entiende inglés. La postguerra mundial: todo ruinas.
La noria para divertirse como arma de muerte: freakshow.
Solo dos personajes dicen la verdad: el portero (lo matan) y el novelista, con su ingenuidad de argumentos de novelas del Oeste, que mata a su amigo y se queda sin la chica. Es tan ingenuo que ni se ha planteado la 'crisis de la fe', ni sabe de Joyce ni qué decir cuando le preguntan por la 'angustia'.
La chica: una actriz de comedia, que ríe sobre el escenario. Es amoral, sobrevive. Su fidelidad a Lyme como la del gato: la fidelidad animal contra el deber moral.
Y todos se ponen (nos ponemos) del lado de Lyme, el traficante asesino de penicilina adulterada, y con la chica.
El oficial inglés que le enseña al ingenuo novelista el horror de ese handsome devil que es Orson Welles; pero a quién le importa.
Y la muerte del segundo del oficial inglés, tan ingenuo y admirador de las novelas del Oeste del protagonista, que recibe su merecido en un mundo darwiniano donde la justicia ha desaparecido.
La religión: un Credo rezado mientras le echan tierra a un muerto que no estaba muerto (estaba tomando cañas).
¡¡¡Peliculón!!! Y la música, y ese blanco y negro y esa Viena decadente...Cine, cine cine
ResponderEliminarel darwinismo aplicado al hombre y las sociedades... Hace poco me enteré de la gran influencia de la teoría de Darwin en el pensamiento del loco Nietzsche. Tiene sentido.
ResponderEliminarUn abrazo
Chema
Magistral el cínico discurso del diabólico Lime frente al soso Holly Martins en la noria del Prater contraponiendo la Italia renacentista de los crímenes y la genialidad (él) frente a la aburrida Suiza del reloj de cuco (Martins). Está en wikipedia:
ResponderEliminar"You know what the fellow said – in Italy, for thirty years under the Borgias, they had warfare, terror, murder and bloodshed, but they produced Michelangelo, Leonardo da Vinci and the Renaissance. In Switzerland, they had brotherly love, they had five hundred years of democracy and peace – and what did that produce? The cuckoo clock."
Enorme también la música de Anton Karas
A mí ese discurso me había parecido siempre incontestable: qué aburrimiento los suizos.
ResponderEliminarEn esta última vez que he visto la película, por suerte ya me he podido poner del lado de los suizos: algo vamos mejorando, aunque tampoco hay que ponerse tan maniqueos entre Suiza y los Borgias.
¡Hombre! la frasesita de marras si se rasca un poco no hay por donde cogerla, pero es brillante, cínica, divertida y genial
ResponderEliminarMira que saltan erratas al escribir las entradas, que sólo detecto cuando ya están enviadas, pero esta no lo puedo ver con paciencia: ¡frasecita-frasecita!
ResponderEliminar¿Por qué siempre nos ponemos del lado de Harry Lyme/Orson Welles? Pienso que también éste era el favorito de Graham Greene. Es el poder hipnótico que ejerce el Mal. Luego, buceas un poco y no hay nada. Pero, ay! esa media sonrisa de Welles, apoyado en la columna, en el primer plano que de él vemos en la película.... Eso es Cine, y lo demás, tonterías.
ResponderEliminarEnhorabuena por este magnífico comentario de una de las pelis más grandes.
Gracias, Verónica, saludos.
ResponderEliminarDe nada. Un placer.
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