Poseemos más conocimiento verdadero sobre los ángeles que sobre los animales irracionales. Estos parecen tener pasiones, hábitos y una cierta peculiar responsabilidad, pero todo es misterio respecto a ellos. No sabemos si pueden o no pecar, si Dios les ha sometido a castigo, si viven después de esta vida. Infligimos grandes sufrimientos a una porción de ellos, y ellos a su vez parecen tomar represalias, de vez en cuando, contra nosotros, como por una singular ley. Dependemos de ellos en cosas importantes, usamos de su fuerza y nos nutrimos de su carne. Todo esto se refiere a los animales cercanos, pero pensad en el gran número de los animales grandes y pequeños, en las selvas inmensas, en el agua o en el aire, y decid si la presencia de multitudes tan incontables, tan diversas por su especie, tan extrañas y salvajes por su aspecto, que viven sobre la tierra sin ningún objeto fácil de explicar, no es tan misteriosa como cualquier afirmación de la sagrada Escritura sobre los ángeles. ¿No es evidente que existe un mundo inferior a nosotros en la escala de los seres, con el que estamos vinculados, sin que entendamos su naturaleza? En tal caso ¿es difícil para la fe admitir las palabras de la Sagrada Escritura sobre nuestra conexión con un mundo superior a nosotros?[Beato] John Henry Newman Sermones parroquiales /4, Encuentro, Madrid, 2010, traducción de Víctor Garcia Ruiz et al., p. 230
lunes, 13 de febrero de 2012
Ángeles igual de ajenos que los animales
De un sermón titulado El mundo invisible:
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Que el de los animales sea, necesaria y exclusivamente, "un mundo inferior a nosotros", me parece una idea tan decimonónica como discutible. Sólo lo es desde nuestra perspectiva, que, sobre limitada e interesada, no es la única posible. Más cerca me siento de lo de San Francisco: "hermano". O primo lejano, tal vez, pero a nuestro lado. La imagen del arca de Noé es más justa, creo: todos estamos en el mismo barco.
ResponderEliminarNo has leído el texto despacio, me parece. Creo que es muy interesante y muy valioso lo que dice Newman, que nunca caería (san Francisco tampoco, pero esa es otra) en decir que los animales son iguales a nosotros: otra cosa es mostrar, como muestra, su solidaridad con nosotros, especialmente en el sufrimiento.
ResponderEliminarNewman incurre en un salto ilegítimo. Porque nosotros (los humanos), y el resto de los animales, somos visibles. Pero que haya diferencia ontológica, de orden, entre unos y otros, no autoriza a postular un orden superior invisible, angélico. Los ángeles (caso de existir) no estarían sobre nosotros, sino en otro plano ontológico.
ResponderEliminarNewman no incurre en nada: el argumento es que no sabemos de los animales cosas fundamentales; el 'mundo superior a nosotros' -a fortiori-, por más que esté oculto, no hay que negarlo.
ResponderEliminarLos ángeles están en otro plano, el del 'mundo invisible'. Qué plano ontológico sea, yo no sé y no es algo que Newman quiera 'demostrar'.