viernes, 27 de enero de 2012

Esto es irrefutable

La gente de familia bien corta las tartas como si las asesinara.

9 comentarios:

  1. Compréndelo: se van a tener que saltar el régimen.

    ResponderEliminar
  2. y cuando asesina lo hace como si cortara tartas...

    ResponderEliminar
  3. No hay nada que pillar: es pura constatación.
    Tú mira a partir de ahora cómo parte las tartas alguien de "familia bien"; verás que se echan sobre ellas como para entrar a matar: en casos extremos, más que partirlas, las destrozan, si te descuidas.
    El resto de la humanidad entra a las tartas como un cirujano a un corazón delicado.

    ResponderEliminar
  4. Vale, estaré pendiente del asunto con el alma en vilo. A ver si pillo un "bien" y me invita a una tarta.

    ResponderEliminar
  5. ¿Será que las estiman poco?

    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. Cuanto más tienes, más quieres y más miedo tienes a perder lo que tienes.
    Cuanto más miedo tienes, más ves a todo el mundo como un potencial enemigo... incluso una humilde tarta.

    Si es que todo está conectado...

    ResponderEliminar
  7. Cómo partir un pedazo de tarta. He aquí unas sencillas instrucciones que toda la gente bien conoce. Y hasta la regular.

    1.- Se debe usar una pala adecuada, como esta.
    2.- Los trozos de una tarta redonda deben ser sectores perfectos, que tengan su vértice en el centro exacto de la circunferencia.
    3.- Al cortar la tarta se debe evitar ante todo chafarla.
    4.- Por eso se empieza con una punción certera, fina y decidida, cerca del centro, usando la pala como un estilete.
    5.- En el segundo movimiento, se usa la pala como un cuchillo, convirtiendo la punción en incisión. Con buen cuidado de profundizar hasta el plato.
    6.- Cuando el trozo está bien cortado, es el momento de usar el cubierto como pala. Llegamos a la operación más delicada, que es volcar el trozo de tarta ya cortado, de forma que quede bien extendido sobre el haz de la pala, ¡sin que se desmorone! Esto se consigue teniendo todo el filo de la pala en contacto con el plato y mediante un hábil movimiento de supinación. Hay que practicarlo bastante.
    7.- Conseguido lo anterior, apenas tiene dificultad depositar el trozo de tarta en el platillo, procurando que salga entero. Dos cosas se han de evitar en este momento: una sería volcar el trozo. Por el contrario, hay que retirar la pala de de debajo. De todas maneras el vuelco es tolerable cuando la tarta sea de naturaleza muy pegajosa. Hágase entonces mediante una enérgica pronación. Lo que en ningún caso se puede tolerar al depositar el trozo en el platillo es ayudarse de otro cubierto ¡y mucho menos del dedo!

    Por supuesto que hacerlo bien es un arte. Por eso me parece muy feliz la comparación con el asesinato. Pero no hay que llevar el símil demasiado lejos: no todos los asesinatos se cometen con estilete o estoque. También se puede asesinar, por ejemplo, con un hacha. Y sin embargo, sería de muy mala educación partir la tarta a hachazos.

    ResponderEliminar
  8. Realmente, es este un tema que merece una reflexión profunda, que puede ayudarnos a entender claves antropológicas complejas (por más que yo lo de la pronación y la supinación sea la primera vez que lo haya visto así).
    Muchas gracias, Lord Brummel: a ver si poco a poco y entre todos vamos consiguiendo civilizar a la gente 'bien'.

    ResponderEliminar