viernes, 7 de octubre de 2011

Maravilloso silencio del mercadillo

En una placita de Viljandi -preside una torre de agua centenaria- nos encontramos un mercadillo el domingo:



La gente parece que había hecho limpia. Había niños rollizos parados delante de cosas así:

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A mí me dio la impresión de que nadie compraba nada, pero allí estaban, parados, en silencio -qué silencio en una plaza con más de cien personas, esperando el milagro.
Una señora me preguntó en inglés que de dónde era y entonces me enseñó una taza de plata con un duro de Amadeo I en la base.
Y no había libro que redimir del arroyo; me llamó la atención uno del XIX de tablas de logaritmos de Teubner, benemérita casa alemana que yo sólo tenía por editora de autores griegos y latinos.

9 comentarios:

  1. Las botitas de agua rosas son muy bonitas.

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  2. El silencio, algo más que perdido ya olvidado. Las nuevas generaciones parece que están más acostumbradas al ruido.

    Saludos

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  3. Quizá porque lo que venden es su vida privada, no sale poner unos altavoces con música verbenera, o coger un megáfono y empezar a vocear: vendo botas de flores de mi niña, cuento de mi niño, tacita de la abuela...
    Dan mucho respeto esos mercadillos.

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  4. Enrique, podría haberlas comprado por dos euros, para Carmen. En Estonia están muy bien provistos de ropa de invierno y lluvia.

    En Estonia es muy llamativo el silencio, porque hay poca gente pero también porque casi no hablan o si hablan, hablan muy bajito: en España estamos en otra galaxia en esto del silencio: ni lo olemos. Y cb. sí que cuadra especialmente bien el silencio en ese mercadillo.

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  5. Lo de la taza con el duro de Amadeo parece de novela de Baroja, concretamente de las que se tienen como escenario el norte de Europa. Debió de impresionarle a usted ese gesto.

    Saludos.

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  6. Sí que me impresionó, aunque no caí en la trampa y no se la compré. Al lado había un LP de los Beatles en ruso, pero tampoco lo compré: suerte de no tener alma de coleccionista.

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  7. Su emulación trapiellana llega a límites ridículos. Ánimo.

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  8. Anónimo, no me elogie así, que me sonrojo.

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  9. jeje bueno en mi cuidad pasa algo parecido en una plaza cercana... pero supongo que en las noches cuando hay mas movimiento en la plaza es que venden mas...

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