Les preguntabas a los que llevan unos años viviendo en esos países bálticos: -¿Y qué tal aquí en invierno? [Y querías decir: -¿Pero cómo **** hacéis para aguantar el frío y la oscuridad buena parte del año?]
Y te contaba uno que en Riga en diciembre el sol llega hasta la cocina, aunque está muy metida dentro de la casa: el arco tan mínimo que crea el sol al levantarse tan poco por el horizonte al menos consigue eso: rayos alargados que atraviesan la casa.
Y otro que vive en Tallinn se acordaba de las luces que ponen por toda la ciudad, hasta en los árboles, en el mes de diciembre. Lo duro -dice- es enero.
Y esas descripciones del que tiene que salir a las 7 de la mañana con -20 C: el dolor en las orejas, lo lento que se calienta el coche, el raspar el cristal, el del trolebús que intenta descongelar el trole con un soplete.
Y parece que hay ahora unas lámparas que producen una luz que activa no sé qué en el cerebro y produce no sé qué que es necesario para seguir bien en esas oscuridades tan cerradas y tan largas.
Vaya, me acuerdo de un capítulo de la serie "Doctor en Alaska". Uno de los personajes se deprimía en la noche permanete invernal del lugar y los amigos le decían que se colocara unas gafas con unas luces especiales, que tuvieron la virtud de levantarle el ánimo; pero tanto se lo levantó que se convirtió en una especie de maniaco.
ResponderEliminarMe angustia sólo imaginarlo. La falta de luz me deja casi tan K.O como el calor exagerado.
ResponderEliminarSí, le echan ganas a la cosa y aprenden a descubrir hasta rayos de sol casi horizontales. Debe de ser duro, de todas maneras.
ResponderEliminarTienen a Canarias como el paraíso: un sitio donde siempre hace sol.
Será la wake-up light...
ResponderEliminarGenial lo de los rayos horizontales.
Es que el sol se apiada de nosotros en invierno. Se aleja, pero luego se compadece y te hecha unos rayos bajitos que te lleguen bien adentro de la casa. En menor grado pasa aquí también.
Gracias, Juan Ignacio. De todos modos, no soy muy partidario de la wake-up light, porque algo así, pero en natural, había en Estonia: luz en la habitación antes de despertarse.
ResponderEliminarQuizá a los estonios les guste, si es una luz cálida.