En su blog, Farré, el editor y traductor, pone un poema:
JUNTO AL ARROYO
Murmullos de agua transparente sobre piedras
en un barranco, en medio de un alto bosque.
El helecho resplandece al sol en la orilla,
se apilan inabarcables formas de hojas
lanceadas, ensiformes,
apicales, pingadas,
ensortijadas, denticulares,
serradas – ¡y quién lo llegará a expresar!.
¡Y flores! Umbelas blanquecinas,
cálices azules, estrellas de amarillo intenso,
rosetas, racimos.
Estar sentado y mirar
cómo da vueltas el abejorro, el vuelo de las libélulas,
los papamoscas que echan a volar,
en una maraña de tallos un escarabajo negro que se apresura.
Me parece oír la voz del demiurgo:
«O las rocas mudas, como en el primer día de la creación,
o la vida, cuya condición es la muerte,
y toda esta belleza que te embriaga.»
Qué precioso poema. Muchas gracias, Ángel.
ResponderEliminarPrecioso en verdad. ¿Por qué se escribe tan buena poesía en Polonia? He llegado al punto de que cada vez que se sienta al otro lado de mi mesa de trabajo una persona de esa nacionalidad ya tiene mi simpatía y mi admiración por ello. Sé que es ridículo pero ¿acaso no lo son todos los prejuicios?
ResponderEliminarLa pregunta de J. Miramón es apasionante: ¿por qué en un país se empieza a escribir poesía buenísima? Supongo que es una muestra de la importancia de la comunicación entre poetas (esos que el tópico quiere más solitarios que nadie), de una lectura honda y honesta de la tradición, de la existencia, incluso, de un público inteligente y de revistas valerosas, etc. Me encantaría leer un trabajo informado del particular.
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