martes, 29 de marzo de 2011

Granja de Moreruela

Al día siguiente fui a Salamanca -unas horas que me dieron para no poder ver casi la piedra de Villamayor; sólo el claustro gallego de la Clerecía- y ya por la tarde me volví a Santiago.
El viaje Santiago / León / Burgos / Salamanca (y vuelta) me hizo caer en la cuenta: qué grande es Castilla y León (94.147 Km2 de extensión; más que Hungría o Portugal).
Y la carretera entre Salamanca y Benavente me gustaria guardarla en la memoria también (de Benavente a Santiago, ya de noche, en cambio, lo que quedaba sólo eran las ganas de llegar): iba entre laderas con viñas y encinas desperdigadas y retazos de verde. Sobre todo entre Zamora -qué alegría me dio ver su perfil de lejos- y Benavente las nubes eran las azules-grises y rosas de Piero della Francesca.
Casi al final, un desvío: Moreruela. Ya no podía desviarme, ay.

5 comentarios:

  1. Aclárame lo del claustro "gallego", aunque creo que sé por donde vas (las formas ésas santiaguesas, ¿no?).
    ¡Cuántas horas en ese claustro! Por ahí andará mi fantasma.

    ¡Cuántas maravillas muestras! Me gustaría ver todo eso, así que prepara una excursión de unos cuantos días para que me lo expliques todo.

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  2. Puse lo de claustro gallego porque me recordaba mucho a otros de aquí, como el de san Martín Pinario o el de Celanova y porque tenía decoración de placas.
    Luego he mirado y el arquitecto, Andres García de Quiñones, nació en Santiago, aunque la mayor parte de su obra la hizo en Salamanca.

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  3. No lo he comprobado, pero me dijeron una vez que, según la Unesco, de todas las obras de arte del mundo, el 50% estaba en Italia, el 25% en España y el resto del mundo sólo tenía el restante 25%. Y por lo que a España se refiere, el 50% (o sea, el 12,5% del arte mundial) estaba en Castilla.

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  4. Yo también vi por ahí algo de eso. Y de ahí que cada vez que voy por allí me pegue panzadas de arte y pandazas de disgustos de arte que dejo de ver.

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  5. Por cierto, ya está "Apenas sensitivo" en las librerías.

    Dichoso el árbol que es apenas sensitivo / y más la piedra dura porque esa ya no siente.

    Es de "Lo fatal" de Rubén Darío. Lo aprendíamos en el colegio.

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