Canción para el recuerdo
Como un ciego haces daño
al mirar. Como un ciego
me tocas con amor la mano atónita,
y te apoyas en mí, como un enfermo,
sol tibio, a media tarde,
sol para el corazón, para el recuerdo,
para la tierra derramada y fría,
sol triste de Castilla, sol de invierno,
siempre infantil y rosa entre los chopos
inmóviles y trémulos...!
Y del sol de enero hablaba José Jiménez Lozano en su artículo de ayer.
Vaya, así que estaba con vosotros. Aquí hemos tenido unos hermosos días de gris y lluvia que todavía no parecen historia.
ResponderEliminarImpresionante el poema. Gracias también por el artículo.
Hemos tenido unos maravillosos días de sol aquí, con frío -no mucho, pero mucho para aquí.
ResponderEliminarComo se me olvida luego si llovió o hizo sol, me lo apunté en el blog, para acordarme más adelante de estos días tan brillantes.
El artículo se parece mucho —¿quizá demasiado?— a éste del 2002 también de Jiménez Lozano.
ResponderEliminarCreo que las túnicas eran negras y luego moradas, no blancas y luego moradas. ¿Alguien sabe bien a bien?
Saludos pre-candelarios
AFD
¡Se me olvidó el enlace!
ResponderEliminarhttp://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2002/02/10/003.html
Saludos
No sé qué pasa —estoy luchando con la tecnología—, pero creo que esta vez pasará completo:
ResponderEliminarhttp://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/2002/02/10/003.html