viernes, 24 de diciembre de 2010

La palabra

Muy feliz Navidad a todos.



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Otro modo más complejo de decirlo, para el que tenga ganas de leerlo, en cuatro pasos:

1. ¡Que viene!
A. Miradlo entrar –dice el Señor de los ejércitos–. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos.

B. Mirad que estoy a la puerta y llamo, dice el Señor; si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.
2. Dios es Palabra
Lo que primordialmente hace posible que el hombre pueda hablar con Dios es el hecho de que Dios es en sí mismo palabra: Él es en sí palabra, escucha y respuesta, como queda claro sobre todo en la teología de san Juan, que define al Hijo y al Espíritu Santo como pura escucha, como palabra que viene de la escucha y como respuesta a lo escuchado y previamente dicho. Solo porque en Dios mismo hay "logos" -palabra-, es posible el "logos" hacia Dios. En términos filosóficos se podría explicar así: el logos de Dios es la razón ontológica de la oración. El prólogo del Evangelio según san Juan muestra claramente esta idea en sus primeras líneas: "En el principio era la Palabra y la Palabra estaba vuelta hacia Dios" (1,1): así deberíamos traducir exactamente la palabra griega y no "en Dios" como es habitual. Lo que expresa es el acto de volverse hacia alguien, de entrar en relación. Como en Dios mismo hay relación, es posible la participación en esa relación de Dios consigo mismo y, de esta forma, también una relación con Dios que no sea contraria a su naturaleza.

3. La palabra se "abrevia"
La tradición patrística y medieval, al contemplar esta «Cristología de la Palabra», ha utilizado una expresión sugestiva: el Verbo se ha abreviado: «Los Padres de la Iglesia, en su traducción griega del antiguo Testamento, usaron unas palabras del profeta Isaías que también cita Pablo para mostrar cómo los nuevos caminos de Dios fueron preanunciados ya en el Antiguo Testamento. Allí se leía: “Dios ha cumplido su palabra y la ha abreviado” (Is 10,23; Rm 9,28)... El Hijo mismo es la Palabra, el Logos; la Palabra eterna se ha hecho pequeña, tan pequeña como para estar en un pesebre. Se ha hecho niño para que la Palabra esté a nuestro alcance». Ahora, la Palabra no sólo se puede oír, no sólo tiene una voz, sino que tiene un rostro que podemos ver: Jesús de Nazaret.

4. La Palabra que acaba en silencio
La misión de Jesús se cumple finalmente en el misterio pascual: aquí nos encontramos ante el «Mensaje de la cruz» (1 Co 1,18). El Verbo enmudece, se hace silencio mortal, porque se ha «dicho» hasta quedar sin palabras, al haber hablado todo lo que tenía que comunicar, sin guardarse nada para sí. Los Padres de la Iglesia, contemplando este misterio, ponen de modo sugestivo en labios de la Madre de Dios estas palabras: «La Palabra del Padre, que ha creado todas las criaturas que hablan, se ha quedado sin palabra; están sin vida los ojos apagados de aquel que con su palabra y con un solo gesto suyo mueve todo lo que tiene vida». Aquí se nos ha comunicado el amor «más grande», el que da la vida por sus amigos (cf. Jn 15,13).

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1. A. Mal. 3, 1-4, 23-24 y B. antífona de comunión (de la Misa del 23 de diciembre)
2. Joseph Ratzinger, La fiesta de la fe. Ensayo de teología litúrgica, Desclée de Brouwer, 1999, p. 190-191
3. Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini, n. 12
4. Ibid.

7 comentarios:

  1. ¡Qué genial lo del Verbo abreviado, cuán fértil es la imagen! Gracias. Feliz y nada abreviada Noche.

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  2. Muchísimas gracias por los cuatro pasos, Ángel. Un gran regalo.
    Ese "Estoy a la puerta y llamo..." es el más impresionante y emocionante de todos los paraclausitiron(o como se escriba), y la Palabra tan breve que cabe en un pesebre es inolvidable.
    Que tengas una muy feliz Navidad.

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