Lo primero que he visto, maravillado tras la operación de cataratas del ojo izquierdo, ha sido el precioso azul pálido del cielo por la ventana del hospital, y luego al volver de éste. Así que puede decirse que, sobre todos los azules de un añil débil y zarco, los he estado viendo, durante bastantes años, solamente en mis adentros.José Jiménez Lozano, Los cuadernos de Rembrandt, p. 209
Piero de la Francesca, Bautismo de Cristo, National Gallery
Zbigniew Herbert, Un bárbaro en el jardín, p. 228La solidez corporal de las figuras contrasta con la ligereza del paisaje, puro y melódico
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