viernes, 17 de septiembre de 2010

Semana inglesa 4

Impresionantes trompetas que recibieron al Papa sobre la alfombra roja en Westminster Hall: una forma de cerrar la herida de la condena de Tomás Moro.
Un discurso para leer despacio.
En la Abadía de Westminster, reconozco a uno del coro: estuvo cantando aquí en marzo y luego lo vi entre los Sixteen en la serie de la BBC Sacred Music.
Y en esa serie es donde vi, en el último capítulo, a James MacMillan, que fue el que compuso la música de la Misa de ayer: un Gloria maravilloso.
Y el discurso ante la plana mayor anglicana:

La fidelidad a la palabra de Dios, precisamente porque es una palabra verdadera, nos exige una obediencia que nos lleve juntos a una comprensión más profunda de la voluntad del Señor, una obediencia que debe estar libre de conformismo intelectual o acomodación fácil a las modas del momento. Ésta es la palabra de aliento que deseo dejaros esta noche, y lo hago con fidelidad a mi ministerio de Obispo de Roma y Sucesor de San Pedro, encargado de cuidar especialmente de la unidad del rebaño de Cristo. Fidelity to the word of God, precisely because it is a true word, demands of us an obedience which leads us together to a deeper understanding of the Lord’s will, an obedience which must be free of intellectual conformism or facile accommodation to the spirit of the age. This is the word of encouragement which I wish to leave with you this evening, and I do so in fidelity to my ministry as the Bishop of Rome and the Successor of Saint Peter, charged with a particular care for the unity of Christ’s flock.

1 comentario:

  1. Impresionante discurso. Tomás Moro, Newman. El Vicario de Cristo no es el Papa, es la conciencia individual. Una defensa de la ley natural como fundamento. Este hombre es un portento intelectual. La lección de la Escuela de Salamanca: el poder no es nada, la libertad y la conciencia mueven el mundo.

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