martes, 8 de junio de 2010

Las vacas me estaban mirando

Yo estaba en el prado mirando el lago al fondo, pasmado de ver tantos gansos y patos acurrucados en la ribera, pero las vacas se estaban fijando en mí y me acordé de la corná en toa la boca y aunque había alambre de espino de por medio preferí alejarme, que me supuse que las vacas me habían confundido con el granjero y tenían hambre, pero mejor no forzar: y no fui cobarde, eh, fui precavido.
A un lado, un conejo se paseaba como pedro por su casa.
Y me he acordado hoy de mi hermana Marga, que dijo de pequeña: ¡me está mirando! cuando le preguntamos por qué tenía miedo de una vaca.
Y luego me acordé de Belinha, que balbuceaba: ¡las vacas!

1 comentario:

  1. las vacas mosquean, te miran muy fijamente y no sabes lo que rumian para sus adentros.
    Y el conejo pedro se ve que no tenía ninguna cita importante. Haces bien en tener precaución, que en sitios como ese puede pasar de tó.

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