Este es un alegato lleno de amor herido: Francia, donde Chaves Nogales se había refugiado huyendo de la España republicana a la que era leal (pero que vio que era invivible e inviable), esa Francia se le hundió estrepitosamente ante los ojos, muerta de miedo a Alemania y ya vencida antes de pelear por un pacifismo derrotista dominante (antes nazi que muerto) y una podredumbre interior que estalló por todas las grietas.
Qué alegato, qué dureza.
Y se ve a España de fondo continuamente.
Y Chaves Nogales tuvo que huir otra vez: a Inglaterra.
Pues espero que sea para well.
ResponderEliminar¿A qué ciudad?
¿Se puede decir qué suerte?
Según los célticos tu no cambias de país, o al menos menos que el bueno de Chaves Nogales.
¿La pérfida Albión?
ResponderEliminarEsto alimenta la disputa Inglaterra - Francia que ya iniciaste con la entrada.
Qué envidia realmente, esperamos detallados relatos.
Ya estoy en Londres: Awesome! Amazing! Wonderful. Me voy a pasear por Hyde Park
ResponderEliminarImagino que se habrá llevado usted el último libro de Trapiello ¿o es que le basta con leer la columnia del señor Vaina?
ResponderEliminarBuena estadía, Ángel
ResponderEliminarClaro que sí, y además te vas con toda la marea... toma ya. Que te vaya todo bien, que seguro que algún paseo por la Tate te das, ahora que cumple años. Un abrazo.
ResponderEliminarJeje; tú también te vas de estancia... :-) ¡Que vaya bien!
ResponderEliminarEl ambiente de la caída de Francia en 1940 está muy bien descrito en la obra de Irene Nemirovsky "Suite francesa".
ResponderEliminarHabía mucho nihilismo, mucho hastío y, sobre todo, mucho miedo. La diferencia con Inglaterra era evidente.
Saludos.