martes, 4 de mayo de 2010

Etimologistas

Wat habla de Dunayevsky, un compañero de celda en la Lubianka que se dedicaba a la etimología -aunque eran ejercicios etimológicos quijotescos: bien trabados y delirantes a la vez:
Era un etimologómano perdido, vivía con ello y para ello (...). [Yo] sabía que todo aquello eran patrañas, y me daban risa. Pero indirectamente me influyeron mucho. (...) Conviviendo durante varios meses con una persona que busca las raíces y la historia de cada palabra y, a partir de las raíces y de la historia de cada palabra reconstruye una realidad histórica y antropológica, pierdes de pronto -en mi caso definitivamente- lo que es, o por lo menos era para mí, la esencia del vanguardismo. Lo que Marinetti había desencadenado con la consigna: 'palabras en libertad'. El nihilismo, el materialismo lingüístico, la palabra como objeto con el que puedes hacer lo que te dé la gana. Para mí eso es justo lo que diferencia las dos poéticas. Y no sólo las poéticas. (...) tal vez lo único que distingue a un poeta del resto de los hablantes sea la tarea, la misión o el instinto de redescubrir no tanto el significado como la dignidad de las palabras (p. 674-5).

2 comentarios:

  1. Lo que distingue a los buenos poetas y a los buenos filólogos.
    Me gusta mucho todo lo que has ido poniendo de Wat, muchas gracias.

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  2. Da un argumento buenísimo a los que rechazamos a las vanguardias zangolotinas, destructoras del binomio forma-función, traedoras del caos y el cualquier cosa vale. Ya vale (Chema)

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