Tenían una exposición admirable en el Observatorio, donde explicaban el tremendo esfuerzo por conseguir un sistema que permitiese a los barcos situarse en medio de sus navegaciones por el mundo.
Y yo me acordé hoy de Delfos: Zeus -dicen- hizo un experimento: puso dos águilas en los extremos y donde se juntaron fue allí, el ombligo del mundo.
Pero cuando la tierra en vez de plana es redonda, el que manda decide: y por una línea que ellos decidieron es donde pasa el meridiano. Y a un lado está el este y al otro el oeste; y al que no le guste, que se vaya a Marte.
Y en el observatorio había además una sala octogonal arriba, hecha por sir Christopher Wren, un prodigio de elegancia, luz y funcionalidad.
Y bajando, qué jardines y qué hermosa la casa de la reina, que hizo Inigo Jones:
Bueno, pero, al final ¿viste el meridiano?¿Es negro, como en los mapas? :)
ResponderEliminar¡A mí me encantó la visita al meridiano, una de las cosas que más me gustó de Londre!
ResponderEliminarNo vi el meridiano, pero todo el mundo decía que estaba allí. Y a mí también me pareció muy bonito.
ResponderEliminarPues yo apoyaría una moción para trasladar el meridiano cero a Delfos.
ResponderEliminarEn mi propuesta laten tanto helenofilia como anglofobia (lo confieso)