jueves, 25 de marzo de 2010

Cuento de mi sobrino

Me ha hecho una gracia enorme el cuento que le han publicado a mi sobrino Diego -8 años- en Historias de personas que creen [sic] en el derecho a la educación* (NOTA: 'Actividades' quiere decir 'Actividades extraescolares'; y lo de la carrera de libros para dragones no sé qué es, pero quizá es que Diego, como es un crack del atletismo lo haya juntado aquí con lo que le pedían, hacer una alabanza de la lectura):


El dragón que no podía leer

Era un dragón pobre. Un dia estaba en el bosque y se encontró con un niño que se llamaba Juan.
El niño vio que estaba triste, así que le preguntó:
-¿Qué te pasa?
-Es que no sé leer.
-Pues cuando salga del cole te enseño.
Fueron pasando los días y el dragón ya sabía leer.
Y se hicieron amigos.
Cada día leían un cuento.
Un día el dragón estaba solo porque Juan tenía Actividades. Y el dragón no sabia dónde estaba. Entonces se fue a su casa.
Al día siguiente el niño le dijo:
-No quiero ir a Actividades porque quiero quedarme contigo.
Juan iba a preparar una carrera de libros para dragones y lo pasaron muy bien.
Lo que más me gusta es la primera frase: "Era un dragón pobre": es genial.

--------
*El resto del libro, dicho sea con todo respeto, es un horror: trasuda buenismo y el dogma de que la lectura nos salvará, así en absoluto; yo soy cada vez más de la opinión de JJL.

5 comentarios:

  1. Un dragón sin su san Jorge y sin su princesa, siquiera, siempre será pobrísimo. Menos mal que Juan hace el papel de caballero. Caballero pedagógico, que es algo que Diego lleva en la sangre.

    ResponderEliminar
  2. Era un dragón pobre.
    Felicísimo comienzo. Dicen que los dragones duermen sobre sus tesoros y que la codicia es la causa de su ferocidad. Pero de un dragón pobre no hay nada que temer.

    ResponderEliminar
  3. Me dice mi hermana Eva (tía de la criatura y gran partidaria también del cuento), que el cuento lo hizo Diego con 7 años y que además no imprimieron el dibujo que hizo del dragón, que era de verse.
    Enrique, el pobre Diego tuvo que superar un esquema que le exigía un relato moralizante; ¡bastante tuvo con meter un dragón!
    Y Javier, yo también me acordé del dragón sobre su tesoro (por ejemplo el de El hobbit).
    Un amigo suyo comenzó su cuento así: "Érase una vez un niño llamado Juan. Juan era muy bueno, pero tenía un problema porque era pobre y no podía ir al colegio". Ya se ve que les calientan la cabeza a los pobres niños con lo de los pobres que no pueden leer.

    ResponderEliminar
  4. Un crack en toda regla. Y es cierto, de raza le viene al galgo: "Pues cuando salga del cole te enseño", y fíjate que todavía ni eran amigos.
    Y qué respetuoso con el dragón que en vez de llevárselo al cole, va él al bosque cada día.
    Y las alusiones a las "Actividades", con el mismo recurso homérico del pasaje de Tersites que no me acuerdo cómo lo llamabas, son la bomba.
    Mira a ver si puedes poner el dibujo, porfa.

    ResponderEliminar
  5. El comienzo del cuento me atrayo mucho la atencion. A sus anitos, tu sobrino ya se convierte en un narrador excelente. Felicidades! Me ha gustado mucho y me ha entretenido antes de irme a dormir, que a proposito, me gustaria sonar el cuento....

    ResponderEliminar