jueves, 25 de febrero de 2010

El sábado en la Plaza de Abastos

El sábado me acerqué a la Plaza de Abastos, que había concurso de pulpeiros, y aproveché para hacer unas fotos con el móvil: como sé que no valgo para eso, hago muchas, a ver si de milagro me sale alguna buena. Esta vez vi a esa señora, le hice la foto y ella me echó en cara que se le la hubiera hecho; y a continuación me exigió un euro por la pose robada.
Me negué en redondo: ¡como si los de Santiago fuéramos a cobrar por cada foto que nos hacen en esta ciudad parquetematizada!

5 comentarios:

  1. Estimado anónimo condescendiente: suponía que ibas a escribir (cuando pongo en el blog la palabra Trapiello se activa mi troll y cuando menciono a gente de por aquí te activas tú) y he estado a punto de dejar un comentario previo de advertencia, pero te lo dejo aquí ahora: si no te gusta lo que escribo o fotografío, te agradecería que no volvieras a entrar en este blog. Ya ves qué buen rollo tengo, te lo digo con buenas palabras en vez de mandarte a la mierda.

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  2. glup... que yo venía a decir que esta foto es muy buena y que alguna de las del concurso también (en la mesa larga, qué figura, qué genial el degustador del sombrero). Anda que si te llegas a llevar la cámara.
    Por cierto que el pulpo que mejor pinta tiene es el de la señora del gorrito. El del señor de la barba prometía, pero pone plato de cerámica sobre la madera y no es lo mismo, se enfría. Y el señor de la boina ni hablar, que con los dos guantes parece un cirujano.

    (Ah, y te prometo no volverte a insistir con Trapiello)

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  3. Siento, cb, el otro comentario, pero es que tengo que echar al anónimo ese, que no hace más que darme la brasa cuando menciono a alguien de aquí; piensa que me estoy riendo de ellos o que tengo una mentalidad de archiduque respecto a sus caniches.
    Y el concurso lo ganó la señora del gorro. El señor de la barba a mí tampoco me convenció.

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  4. Jesús, que poquita paz se respira aquí. Yo quería decir que la señora de la foto bien se merecería el euro. Pero no me atrevo por si cobro.

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  5. Menos mal, Ulises, que no le paso los comentarios al anónimo condescendiente, porque te acusaría a ti de paternalista: esa señora tiene su trabajo y no necesita limosnas.

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